Joaquín Carbonell

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DE REGRESO DE TERUEL, DE RECOGER LA MEDALLA
Un fin de semana intenso. Recibir la Medalla de Oro al Amor, de manos del CITT (Centro de Interpretación turística de Teruel) que también cumple 50 años en su actividad, es no solo un honor, sino una satisfacción: "yo madrugo cada día para encontrar el Amor, y cuando tengo ese amor, madrugo para disfrutarlo". Ese fue mi duscurso, que se completó con la interpretación de "De Teruel no es cualquiera".
Y lo recibí acompañado de dos queridas amigas, Mari Cruz y Arantxa. A ellas se sumó un referente de mi estancia juvenil en Teruel, Jesús Puerto, gran músico y ahora gran técnico de sonido. Ampliar el evento con la agradable noticia que me envió la alcaldesa, Emma Buj: "Joaquín, vamos a ponernos de acuerdo en las fechas para que puedas cantar en el Teatro Marín". Gracias, alcaldesa. La fecha será en otoño.
Y para rematar la excursión, me apunté a visitar, otra vez, Albarracín, una de las mayores joyas de España, un pueblo singular, que parece trazado por un artista, un conjunto de viviendas y calles únicas, asombrosas