Volver a casa
Tu pecho hirió de muerte al Sol
Dejando un reguero de minio
Por valles y montañas,
Horizontes ajenos
A tu risa manantial,
Esa que me impregna e imanta.
Sigo tus huellas en zigzag,
Nuestras sombras adelgazan,
Se bañan en la orilla del mar,
Alejando el Tic del Tac.
El viento es flauta de Hamelín,
Y un vago ladrido se impone,
No hay grillos en la arena,
Pero sí espuma a borbotones.
Completo aquí.
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