Nieve
Caminaré por la nieve. Te buscaré en la calle.
Dejaré que me caiga el blanco por la cara.
Y miraré a las nubes con tus ojos de noche,
me acogeré a tus brazos, a ese calor que guardan
tus palabras de aire cuando dices mi nombre.
Y andaré por las plazas y los viejos museos.
Jugaré con la nieve de los cuadros de Brueghel,
subiré en el Orient Express en invierno.
Y volveré a Ushuaia como feliz viajero.
Esta nieve tan pura, el blanco deslumbrante,
o la suave caricia de los copos son como
el principio del mundo que empieza en este instante,
como una piel de ángel que nos cubriera el pecho.
Caminaré en la nieve. Y sin ti -tan lejana-
escuchando crujir en mis pies la belleza
de las calles desiertas, los árboles desnudos,
el sueño delicado de la vida del
mundo.
La nieve, el cielo blanco, las nubes. Algún día
caminaré contigo, iremos a ciudades
que están solo en los libros, en las viejas películas,
donde están las tormentas, los amores salvajes.
Donde estás tú, mi vida. Yo buscándote siempre.
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