Ahora
Tu piel alborozada es un tarro de Sol de primavera, mientras,
El viento caribe de tu abrazo me despeina los sueños
Y desata la salvaje concupiscencia.
Risa catarata,
Martillea mis huesos hasta la calma
lago de tu mirada azul,
Y que el tacto por mis arrugas
sea un río de miel naranja.
Seamos trinos desatados,
Vocales solitarias,
Muelles desvencijados,
Y un estrambote de palabras exhaladas.
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