Divididos en el Opera: la era de la pandemiez
Estimulados por las ansias de tocar, Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella descerrajaron 30 canciones, casi tres horas de un concierto que recorrió todas las estaciones de la historia iniciada en 1988.
En la extensa historia de Divididos no han faltado las imágenes anómalas -¿cómo olvidar aquel ingreso al escenario de Obras Sanitarias a lomo de burro?- y hasta bizarras, cosas como Ricardo Mollo tocando la guitarra con una zapatilla llegada desde la platea. Aún así, lo visto en los últimos minutos del show del martes en el Teatro Opera provocaba la sonrisa. Al borde del escenario, vulnerando por primera vez en toda la noche el distanciamiento social, un puñadito de fans pedía púas. Y Mollo les daba. Pero antes de la entrega sanitizaba cada púa con alcohol en aerosol, convirtiendo al célebre intercambio entre músico y público en una postal de los tiempos. Divididos en la Era de la Pandemiez.
No era la primera función en el legendario teatro de calle Corrientes -de hecho, la del martes fue la séptima fecha desde que comenzó el año, y habrá una nueva presentación este jueves 25-, pero de todos modos las ganas se palpaban en el aire. Ganas del público de reencontrarse con el rito en general y con el trío en particular. Ganas de los mismos Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella, quienes en 2020 pasaron un tiempo inédito sin verse, y una vez reconectados se salían de la vaina por tocar. Es sabido: para Divididos, salir al escenario es una parte esencial. Si sus grabaciones se han espaciado en el tiempo, tocar es algo que nunca puso en discusión. Lo disfrutan. Expanden su propio universo. Recargan ese dínamo que alimenta a una de las bandas más poderosas de la historia del rock argentino. Nota aquí.
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