miércoles, mayo 05, 2021

Madrid

 ¿Pero qué es exactamente ser madrileño? 

Un repaso a cómo los artistas han amado y odiado la capital

Las elecciones que hoy se celebran han vuelto a hacer (para bien o para mal) que lo que ocurre en la capital de España invada los informativos y se convierta en la conversación dominante en todo el país.

Llevamos días escuchando una sola palabra: Madrid. En realidad meses, quizá décadas. Durante los últimos años, Madrid parece —los datos lo confirman— haber crecido como una de esas megalópolis con las que compite, hasta ocuparlo todo en los informativos y en las conversaciones. Hace no tanto, Madrid era solo una buena excusa para escribir una columna sobre sus bares o sus fiestas. Entonces todo lo que Madrid tenía de particular era o bien inofensivo, o bien transparente –el aire velazqueño de Guadarrama, unos cielos muy admirados– o casi nada: dos equipos enfrentados y complementarios (pero eso lo padecen también turineses y porteños) y un río escuálido del que se burlaron Lope y Quevedo. El carácter de Madrid, su singularidad, resultaba de la suma matemática y precisa de las singularidades de todos los madrileños (y madrileño era cualquiera). Pues bien, con aquella sustancia y sin apenas mitologías traicioneras —parte de la Movida terminaría siéndolo— bastó para componer grandes novelas, canciones y películas.

El creador astuto no insiste en el lugar en el que se desarrolla su obra o, si lo hace, es para avisarnos de que lo ha transformado con su mirada. Ningún Madrid es el Madrid de Almodóvar porque aquella es una ciudad de un solo habitante —que, por cierto, nos encanta visitar—, como no hallamos un Madrid de Galdós fuera de sus novelas; pero puede que el único método para acercarse a lo que no existe —el espíritu de una ciudad— consista en superponer lo que tampoco existe —las ficciones allí situadas— y examinar su huella. También se puede preguntar a paseantes especialmente sensibles, dotados de antenas capaces de captar atmósferas donde los demás solo escuchamos excavadoras y ambulancias. Hay que intentarlo. Nota aquí.



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