Inesperadamente
Vienes con el agua,
Con las ramas umbrías de un invierno que tirita,
Con el trino amordazado por el viento ululante,
Con la humedad insolente y caprichosa,
Con las fuentes escondidas e incipientes,
Con el pecho quebrado, que brama resplandeciente,
Y simplemente vienes,
Porque sí,
Como un polizón para salvarme
Masturbando mi tristeza hasta el acto,
Que moja la orilla sur de la pupila
Pecando siempre en vano
En un mundo orwelliano,
Que no tolera ni consiente
Esta angustia
Indecente,
Más, aún así,
Inesperadamente : vienes,
Quizás, para golpear con fuerza
La desnudez de este árbol caduco
Para saber si le queda humanidad
En vez de hojas muertas.
Vienes,
Vienes con el agua,
Es un vals,
una certeza :
El estado líquido
Lo verde
Alimenta.
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