lunes, mayo 27, 2024

Muelle

 El grafiti de Muelle localizado en La Latina será restaurado y se quedará donde está

El Gobierno regional le dará “protección física” y no aclara qué técnicas se emplearán para conservarlo. “Si le ponen cristal o acetato se llenaría de moho y arañas que harían caer la pintura”, advierte un veterano grafitero.

Ha estado a punto de caer devorado por la piqueta, pero finalmente el último grafiti localizado del mítico artista callejero, poeta y músico Juan Carlos Argüello (1965-1995), más conocido como Muelle, será “protegido y restaurado” por la Comunidad de Madrid, según ha anunciado este miércoles el Gobierno regional. Una portavoz de la Consejería de Cultura aclara a este diario que, con “protegido”, no quiere decir que vaya a ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC), sino que se tratará de una mera “protección física”. La obra se quedará en el edificio en el que apareció, en el número 46 de la calle de Toledo, esquina a Cava Alta, en el barrio de La Latina de la capital, “a petición de la comunidad de propietarios”. El Gobierno regional no aclara qué medidas físicas se tomarán para protegerla, ni que técnicas se emplearán para conservarla ni cuándo procederá a su restauración.

El grafiti de este icono de la Movida y pionero del arte urbano en España es una firma negra hecha con un trazo y a spray que afloró en marzo en el transcurso de unas obras de rehabilitación que se están acometiendo en el inmueble. Sin embargo, ya se conocía su existencia: emergió en 2013, al retirarse de la fachada una gran capa de anuncios publicitarios, hecho que fue documentado por el experto en arte urbano Guillermo de la Madrid, responsable de Madrid Street Project.

Los obreros, que iban a derribar el jueves pasado el muro en el que emergió el grafiti de nuevo bajo una gruesa epidermis de carteles, le colocaron encima un acetato para que no se deteriore, tal y como pidió a la propiedad el concejal socialista Antonio Giraldo. Y ahí sigue, tras el acetato, semioculto todavía por papeles y pintura y detrás de unos andamios.

En las calles de Madrid se conservan al menos otros tres muelles. Uno está en la calle Montera y fue restaurado por la Escuela de Conservadores del Ayuntamiento en 2015 con técnicas de consolidación que evitan la disgregación del material de base de la pintura. La intervención costó apenas 780 euros. Otro ha resurgido, también recientemente, en la antigua cárcel de mujeres de Yeserías. Esta obra se conserva peor, ya que en su día intentaron borrarla, por lo que ha perdido la mayor parte de sus colores originales ―verde y naranja―. Y “en la calle Moratín apareció uno en 2018 y se le aplicó una capa de protección, pero hoy en día está medio borrado”, anota Remebe, otro de los míticos grafiteros madrileños y heredero y defensor del legado de Muelle. Nota aquí.





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