sábado, junio 01, 2024

Rodolfo Serrano

 Rodolfo nos cuenta por Facebook.

Ayer viví uno de esos instantes únicos en la vida. Un grupo de amigos llenaron la Biblioteca del Ateneo de Madrid para hablar de mi poesia y mi trabajo: Joaquín Estefania, mi jefe en El Pais y Joaquín Pérez Azaústre, mi amado poeta y amigo, condujeron un acto que me arrancó las lagrimas del alma.
Cómo no emocionarme al ver tantos viejos amigos que habían venido a abrazarme. No debo dar nombres. No quiero olvidar a nadie. Solo diré que alli estaban desde mis antiguos y queridos compañeros de El Pais a queridos amigos juveniles de Palomeras. Y yo, aguantando las ganas de llorar y abrazarme a todos.
Sí mencionaré a mi hijo Ismael que, acompañado al piano, con tanta maestría y delicadeza, por Jacob Sureda, cantó algunas de sus hermosa canciones. Y agradecer a Eboli de Merr y a Anita Wonham que recitaran con tanto sentimiento mis poemas.
La vida, a veces, te manda una caricia que te cura todas las heridas. Ya lejana mi juventud y, tras tanto dolor de enfermedades y tristezas, sentirme querido y abrazado es algo muy hermoso que he tenido la suerte de experimentar.
Gracias a cada una y cada uno de los que vinisteis. Gracias al Ateneo de Madrid - Sección de Literatura por su hospitalidad. Gracias.
Las fotos me las pasa Anita Wonham





0 comentarios: