LO MONO
Capa a capa
el mundo también en mí,
venados de sangre
ahí, en el fondo,
vanguardia a vanguardia
dibujadas las vísceras
hasta el hiperrealismo,
aquí, en la tela radical de la piel,
bajo la careta perfecta del vestido.
¿De qué color llevo hoy los muertos,
de qué marca es la revolución,
en qué espejo sonríe la historia?
Doy cada mañana
todos los pasos del hombre,
levanto las manos, afilo las garras,
mantengo el equilibrio
difícilmente
desde la cueva hasta la silla giratoria.
Pobre mona.
Una caja de herramientas precintada
no arregla nada.
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