Froilán, en Ramadán
En busca de la pureza,
el nieto Borbón, Froilán,
vive en marzo el Ramadán
que come tanto que reza
y reza continuamente.
Se inclina muy reverente
para limpiarse por dentro,
en la búsqueda del centro
y el lavado de la mente.
Y sugiere, sugerente,
y así lo cuenta en el Hola,
que cuando viaja, en la cola,
del avión, cerca del puente,
oye que habla mucha gente,
en voces del extranjero.
Él, humilde pasajero,
de tan elitista avión,
no comprende que un Borbón
deba viajar sin su fuero.
0 comentarios:
Publicar un comentario