viernes, marzo 28, 2025

Rayden

 “Me he quitado el miedo a ser un padre ausente y volveré a la música, pero no es por ‘marketing”

El artista, que anunció por sorpresa su retirada definitiva hace dos años, se desdice y reflexiona sobre su desencanto con el Benidorm Fest, la familia o el machismo: “Señalé a gente en redes sociales por moralina”

Este tiempo alejado de los escenarios, Rayden (Alcalá de Henares, Madrid, 39 años) se ha reconciliado con su yo de ayer. Con David Martínez, a secas. Al encerrarse a escribir, primero, y viajar a Nepal, después, ha sanado sus heridas de la infancia. Esas que le llevaron a retirarse en su mejor momento por miedo a que su hijo le culpara. Las del “justiciero” que incendiaba las redes porque era lo que esperaban de él. Y las del rapero que empezó en la música para sentirse querido. “Me he dado cuenta de que siempre he sido salvador y complaciente en mi forma de relacionarme con los demás. Y eso me estaba agobiando”, explica en el salón de su casa. Allí, con la guitarra vigilándole, ha escrito su tercera novela, El taller de los niños interiores (Suma). En ella, ajusta cuentas con su pasado a través de cinco personajes que, tras tocar fondo, se perdonan a sí mismos. Los errores, los miedos y las contradicciones.

P. Un viaje espiritual a Nepal. ¿Tiene la crisis de los 40?

R. No, creo que no, tampoco tuve a los 30, pero hay actitudes que veo que hacen hombres de mi edad que no entiendo y que justifican con la crisis de los 40... A mí también me gustaría cagarla y escudarme en eso.

P. ¿Cómo cuáles?

R. Los que tienen síndrome de Peter Pan e intentan estar con chicas a las que doblan la edad... Una cosa es el amor, pero cuando se utiliza como modus operandi, a lo mejor tenemos que analizar qué ocurre.

P. ¿Y qué ocurre, en la música, para que pase eso?

R. Pasa en el mundo del arte, en general. Está lleno de eternos inseguros que intentan validarse a través de sus obras y que utilizan dinámicas de poder, estableciendo relaciones totalmente verticales.

P. Antes de retirarse, dijo: “Lo que se siente encima de un escenario es mejor que el sexo”. ¿Lo echa de menos?

R. Los escenarios, no, pero la música... [Hace una pausa y duda]. En Nepal, tuvimos una meditación basada en “dar voz” y me hice esta pregunta: “¿Si me quitase los miedos de ser un padre ausente y de no estar a la altura del público seguiría haciendo música?”. La respuesta fue “sí”. Aunque no volveré a los tiempos que demanda la industria.

P. Aseguró que el fin de su carrera musical era “definitivo”. Algunos pensarán que no fue sincero...

R. Los que me tengan tirria lo criticarán... No es por marketing, no voy a anunciar ninguna gira, disco o single. Prefiero desdecirme por algo bonito como esto a excusarme en que he cambiado. Tomé esa decisión porque tenía miedo de que mi hijo se olvidase de mí al pasar tanto tiempo fuera de casa. Recuerdo estar en Latinoamérica y verle pixelado por videollamada, como una mancha. Ahora me he quitado la capa de padre y me he dado cuenta de que está orgulloso de mí. Cuando vuelva, lo haré para expresarme, pero sin pensar en los requerimientos del oficio. No quiero negar una cosa [la música] que me hace bien.

P. ¿Ha escrito ya alguna canción?

R. Tengo una, pero no voy a sacar nada de momento y cuando sea será de forma orgánica.

P. ¿De qué habla esa canción?

R. Buah, me van a matar por contarte esto. Trata de todos los cambios que he tenido este tiempo. Con Delaporte, en Nepal, también he compuesto tres canciones. Todavía no sabemos qué vamos a hacer con ellas...Nota aquí.




0 comentarios: