martes, marzo 25, 2025

Carla Pugliese

 “La desafío a Lali Espósito a cantar ‘Balada para un loco’ conmigo, es perfecta”

Lleva el legado de ser la hija de Beba Pugliese y la nieta de Osvaldo Pugliese con orgullo y a la vez es una compositora con identidad propia. En diálogo con PERFIL contó su experiencia con ellos y con el tango y la alegría de poder tocar con el bandoneón de Aníbal Troilo.

Carla Pugliese es la hija de Beba Pugliese y la nieta de Osvaldo Pugliese, creció rodeada de música y se convirtió en compositora, pianista, bandoneonista e intérprete. Los instrumentos se adaptan tan naturalmente a su fisonomía que es capaz de tocar piano y bandoneón en simultáneo, para esto lo único que le costó -reconoce- fue cambiar de pie para el uso del pedal.

Osvaldo Pugliese, además de referencia artística, es para muchos una evocación de suerte, su estampita es señal de buena fortuna, sin embargo, para Carla era el abuelo y no había usado nunca los presuntos poderes del “Pugliese, Pugliese, Pugliese”. Hasta que...

“Este febrero me estaba maquillando porque tenía que ir a filmar un video en la Academia Nacional del Tango y empezó una tormenta fuertísima, caía el agua en diagonal, era una cascada; yo me metí en una bolsa de residuos, me descalcé, me tomé un Uber y veía cómo se iba llenando de agua avenida Corrientes. Mientras viajaba me llamaron desde la Academia y me dijeron que no era necesario que me apurara porque el lugar estaba llenándose de agua”, comenzó Carla su relato a PERFIL.

“Entonces por primera vez miré al cielo y dije para mis adentros ‘abuelo, por favor, Pugliese, Pugliese, Pugliese que pare de llover'. Y empezó a parar de llover. Yo dije ‘bueno, coincidencia’”. Pero el tema no terminó ahí, cuando estaba el set preparado, ya se habían filmado varios fragmentos y quedaba la última toma, hubo una explosión y se cortó la luz. “Pasó una hora mientras tocaban cables, trataban de encontrar la causa del corte, buscaron un alargue para que aunque sea funcionaran los aparatos para filmar y cuando voy a cambiarme invoco por primera vez con todas mis fuerzas: '¡Pugliese, Pugliese, Pugliese!'. Se encendieron todas las luces”.

Carla nació en la ciudad de Buenos Aires, comenzó sus estudios de piano clásico a los seis años junto a su madre y del piano pasó al bandoneón. Editó su primer disco Ojos verdes cerrados en 2004, con tangos, valses y milongas compuestos por ella misma, luego grabó su segundo disco, en formato vivo, en Tokio —La vida y la tempestad—, con 14 tangos y milongas (cinco de los cuales le pertenecen). Con esta producción ganó el Premio Gardel, categoría Tango Revelación 2006.

En 2007 publicó Eléctrica y porteña y del participaron Adrián Subotovsky (guitarra eléctrica), Carla y Ernesto Romeo (sintetizadores), Natalia Simoncini y Carina Schmidt (voces).

En febrero de este año Carla Pugliese lanzó el Volvió una noche, un EP compuesto por cinco tangos que no son de su autoría interpretados en bandoneón. En él se incluye una versión de “Sur” tocada con bandoneón de Aníbal Troilo.

¿Cuándo empezó a interesarse en el bandoneón?

-Fue porque yo salía con un bandoneonista, con quien tuve una relación de ocho años y un día me dio el bandoneón y me dijo “Carla, tocá algo” y busqué las notas de oído y hasta ahora no paré. Fui autodidacta.

-¿Y cuándo y por qué se aventuró a tocar piano y bandoneón en simultáneo?

- Y empecé a pensar que quería hacer los bajos en el piano, porque hay determinados bajos que en el bandoneón no se pueden hacer, por una cuestión de rango sonoro. Empecé a practicar poniéndomelo en una pierna, después me di cuenta de que tenía que subir esa pierna en un taco para sostener más arriba y después aprendí a tocar el pedal sustain del piano con el pie izquierdo, que eso fue un tema, fue lo más difícil. 

¿Podría elegir entre el piano y el bandoneón?

-No, me gustan los dos. Se complementan y a la vez son diferentes, tiene cada uno una vida. De hecho, las teclas del piano son blancas y negras, donde lo blanco y lo negro convive todo el tiempo y el bandoneón es como las galaxias en el universo, todo puesto en cualquier parte, sin ningún tipo de orden, o sea, el piano es orden y el bandoneón todo desorden.

-¿Cómo llegó a tocar el bandoneón de Aníbal Troilo?

- El bandoneón de Troilo está en la Academia Nacional del Tango y un día iba a presentar su libro Paulina Spinoso y me llamaron para tocar. Me dijeron que tenían la fantasía de que tocara con el bandoneón de Aníbal Troilo. Me preguntaron si quería y dije "¡Obvio, sí quiero!" Y fui un día, me esperaron en la Academia Nacional del Tango con el bandoneón en una oficina para probarlo. El día del show conocí a la familia Troilo y les pregunté si no me lo podían dar para un show que tenía que hacer al aire libre y me dijeron que sí y después de ahí dije, bueno, quiero grabar todo mi disco El rescate de luz, que sale ahora a mediados de marzo, y me dijeron que sí, me lo dieron, me lo llevé al estudio, de hecho hasta estuvo en mi casa y le toqué a mi mamá con el bandoneón de Troilo.

- ¿Y cómo es el mantenimiento de los bandoneones?

- Bueno, esa también es otra de las razones por las que me pidieron que lo toque para que no caiga el bandoneón. El que tengo yo y el de Troilo son más o menos de 1930. Son pre guerra, porque Hitler tomó la fábrica de los Doble A, tomó la matriz que le daba el sonido a esos bandoneones y los derritió para hacer balas, entonces a partir de la Segunda Guerra Mundial ya los bandoneones no son los mismos y ya no sirven profesionalmente los que vienen después de esa época. Por eso esos bandoneones son patrimonio de la humanidad. Nota aquí.



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