martes, febrero 23, 2021

Ana Montojo

 SUBJUNTIVO

Ahora que vivimos instalados
en el pluscuamperfecto pasado subjuntivo
─si la vida
hubiera sucedido de otro modo,
si los astros
se hubieran alineado a favor nuestro
si el dolor
yo lo hubiera escondido en tus abrazos─,
ahora que el presente
es un conglomerado
de nostalgias y pérdidas
y el futuro amenaza con matarnos
más temprano que tarde
por una elemental cuestión de tiempo,
ahora que estamos presos del sentido común
ahora solo nos queda
masturbar la tristeza y el cansancio
y quizá adormecernos dulcemente
con canciones que hurguen las heridas,
drogarnos con recuerdos que no ocurrieron nunca,
o ver una película de amor sin esperanza
que nos haga llorar y desborde el embalse
donde ahogamos las lágrimas secretas.
Sin embargo, amor mío,
no puedo resignarme
a dejar que se muera esta locura
−que no sé si es regalo o maldición,
que no sé si me mata o resucita
o si quizá me salva del suicidio−,
y, en plenas facultades de demencia,
reniego de la historia
para ser otra vez la que fui antes
y poder regalarte
todo lo que perdí por el camino.
Así, tan a deshora, tan fuera de lugar,
tan demasiado tarde, tan de vuelta de todo.
Tan batalla perdida.



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