"El autoritarismo no se desarma de un día para otro"
En su última novela, un viaje en el espacio y en el tiempo le permite al escritor narrar una historia en la que se trenzan la épica y la derrota del juego. El autor de Aráoz y la verdad prefiere los personajes que se sienten como “tuercas sueltas” o piezas que no terminan de encajar en los convulsos tiempos que les tocan vivir. “Me interesaba rastrear la muy lenta y traumática democratización de una sociedad", sostiene.
La adolescencia fue una época oscura y difícil para Federico Benítez, un joven invisible para su familia. ¿Cómo explicar a sus hijos adolescentes, Joel y Candela, lo que significó para él tener quince años en 1983? Tiene un largo viaje de cuatro días para intentar hacerlo, hasta un pueblo pequeño de Chubut, donde enterrarán a Marta Muzopappa, la profesora de Artes Plásticas que fue la entrenadora de un equipo de fútbol que integró Benítez en su Colegio Nacional Normal Superior Arturo del Manso. La “profe” que lo supo escuchar y acompañar cuando todo era incierto. Eduardo Sacheri prefiere los personajes que se sienten como “tuercas sueltas” o piezas que no terminan de encajar en los convulsos tiempos que les tocan vivir. En El funcionamiento general del mundo (Alfaguara), un viaje en el espacio y en el tiempo le permite al escritor narrar una historia en la que se trenzan la épica y la derrota del juego. Crecer es más saber perder que ganar, parece insinuar esta novela. Nota aquí.
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