jueves, julio 15, 2021

Piti Fernández

 Piti Fernández en un derrotero verbal: Sabina, el Indio, Maradona, la paternidad y los cambios alimenticios.

Juan Germán Fernández.

Quizá, a muchos, el nombre no les suene.

Ahora bien, si decimos Piti, cantante de Las Pastillas del Abuelo, la cosa cambia.

Se forjó en el sendero de la música a fuerza de ganas y talento.

A la hora de escribir canciones, le saca punta a la pluma.

No es casual que le preste atención especial a la lírica.

Entre sus influencias, sobresalen el Indio Solari y Joaquín Sabina, que confluyen en las canciones pastilleras sin quedar expuestos como pastiches vulgares, sino que surgen como pinceladas a modo de mojones sonoros, una forma de decir “acá se sigue el camino que tal y cual abrieron”.

El pibe que buscaba una foto con el Indio, o que Joaquín le regalase una frase al paso para incluir en alguna canción, evolucionó.

Igual, de aquel muchacho queda una sana inocencia… Pero salpicada con algo de sabiduría rutera.

“En un momento, vino la vida y me dijo: 'Hola, ahora tenés que hacerte cargo de mí, ¡full time!'”, expresa.

Ese instante, de “empezar a vivir la propia existencia”, él lo sitúa alrededor de quince años atrás, cuando la experiencia musical comenzaba a ser cosa seria. 

A la sapiencia que despuntaba por aquella época, le ha sumado, además de años, la erudición que otorga ser padre.

Toda esa ilustración vivencial quizá sea el eco de algo que le soltó el Indio, allá lejos y hace tiempo, cuando un Piti adolescente se acercó a una sala de ensayo donde estaba el cantante de la gola ricotera y le lanzó: “¡No cambies nunca!”.

El Indio lo miró, alzó los hombros, como forma de darle a entender que no podía concederle tal deseo, y proyectó verbalmente lo que Piti comprobaría en carne propia: “Los tiempos cambian, y uno cambia con los tiempos”. Nota aquí.



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