El viejo reloj
“No confíes en el mañana”
Lo dicen en la película
Ciudad de Mentiras
Sé que mis muchos males ya no tienen remedio.
Y, puesto a decir todo, diré que yo tampoco.
Que esta vida que vivo es impropia de alguien
que le dobla los años -y sí, lo he calculado-,
a los que suman todos mis siete nietos juntos.
Mis miedos se han marchado lo mismo que ese tiempo
en que bebí la gloria de las noches canallas.
Camino hacia lo oscuro sabiendo que no hay nadie
que pueda reclamarme ya la bolsa o la vida.
No tuve nunca bolsa y poco vale mi vida.
Ahora estoy convencido de que amigos y bares
son un feliz refugio que acogen soledades.
Que hay amores fugaces que te rompen el alma,
y hay amores eternos que duran cuatro noches
y te matan y bailan sobre tu tumba luego.
Así que entenderéis que no confíe en nada.
Ni en el mañana efímero ni en besos ni en promesas.
El pasado es un viejo reloj que se ha parado
en esa incierta hora en que nacen las dudas.
Y yo me siento solo y no estoy para nadie.
(Mañana tomaré cualquiera de esos trenes
que te llevan, muy lentos, hacia las noches blancas).
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