SEGUIR EL VUELO
Ocupando su todo,
recibe la madrugada esta vida nuestra.
Este sentir distinto.
Ha temblado la luz que hiberna en nuestros días.
Ha besado la boca esta ausencia de luna.
Ha esperado el candil,
ese que no se apaga,
las lentas madrugadas que esculpen cada sueño.
Llegaré a ti,
con este espejo donde el reflejo eres tú.
En los ojos brillantes
que deshacen la lluvia para regar desiertos.
En la inhóspita vereda de este azul tan nuestro,
de este tiempo inerte.
Conocerás mi alma
porque es tuya, gemela.
Y este sendero helado
será camino
y resuello.
Ven.
Sigamos el vuelo.
Porque en mitad de la nada,
siempre hay refugio,
y ventanas de luz.
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