Dios y la venta ambulante
en un puesto callejero,
recogidos en cestero,
en medio de Montellano,
unas monjas al reclamo
llevan desde Belorado
dulces de andar clandestino.
En este andar peregrino
de las monjas sin clausura,
venta pobre y sin usura,
veo un mundo cervantino.
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