AHORA
Hemos perdido el tiempo como si nos sobrara
creíamos tal vez que éramos infinitos.
Lo hemos perdido miserablemente
en reproches absurdos , en rencores,
en agravios idiotas, sin ponernos
nunca, ni un solo instante
los zapatos del otro, ni pensar
en dónde le dolía.
¡Éramos tan perfectos!
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