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ALMUDENA GRANDES
Mediados los años noventa (de ese tiempo es la foto), conocí parte de la historia que les unió y escribí un soneto dedicado a Luis García Montero y Almudena Grandes. Anoche tras conocer el fallecimiento de Almudena lo recordé y recordé también un poema de Luis titulado “Merece la pena (Un jueves telefónico)”. Todavía con la conmoción que me produjo la noticia, no quería creerla, mi mente veía no ya solo a una gran escritora sino a una mujer alegre, muy vital, generosa…
Y no me hacía a la idea de su marcha, pero así fue, se marchó hacia el mar convertida ya en espuma delicada, esa espuma que deja de ser ceniza para elevarse por encima de todo.
El poema que les escribí en 1998, lo titulé “Viernes” , el que acabo de escribir : “Completamente viernes”. Lo acompaño con un poema de Luis García Montero, ese que recordaba y releía anoche, titulado “Merece la pena (Un jueves telefónico)”
Sirva todo esto como homenaje a una mujer, una escritora a la que siempre he admirado y querido por ambas cosas: por mujer y por escritora.
“VIERNES”
Para Luis García Montero
y Almudena Grandes
Jamás un viernes fue más deseado
ni fue más importante en unas vidas
encontradas en viernes y perdidas
en tres días de amor tan recordado.
Un viernes que fue cima y fue collado
de sábado y domingo. Y despedidas
de lunes con miradas afligidas
en espera del viernes tan soñado.
Y…carretera y manta , Andalucía.
Y tres días de espera interminable.
Y carretera y manta, de regreso.
Viernes de nuevo y caras de alegría.
Jamás un viernes fue más deseable
ni tuvo nunca un viernes tanto beso.
Manuel López Azorín
Del libro Azul de los afectos (Colección Literaria Universidad Popular “José Hierro” Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes – Madrid.-2001)
COMPLETAMENTE VIERNES
ALMUDENA
Para Almudena y Luis
Se nos fue la alegría, el compromiso,
el generoso abrazo, la sonrisa
permanente y sincera.
Nos quedará el recuerdo tras el llanto
de este sábado triste y desolado;
pero el mar te ha hecho espuma delicada,
por darle a los vencidos
el lugar que merecen,
por tu fuerza y la fuerza de Granada,
y el amor, siempre viernes, renacido
para sembrar la vida
y para que florezcan algún día,
todos los olvidados,
igual que floreció, completamente viernes,
un jueves telefónico
que mereció la pena – dijo Luis –
“empeñado en el arte de ser feliz y justo”
Manuel López Azorín
MERECE LA PENA
(Un jueves telefónico)
Sobre las diez te llamo
para decir que tengo diez llamadas,
otra reunión, seis cartas,
una mañana espesa, varias citas
y nostalgia de ti.
El teléfono tiene rumor de barco hundido,
burbujas y silencio.
Sobre las doce y media
llamas para contarme tus llamadas,
cómo va tu trabajo,
me explicas por encima los negocios
que llevas en común con tu ex marido,
debes sin más remedio hacer la compra
y me echas de menos.
El teléfono quiere espuma de cerveza,
aunque no, la mañana no es hermosa ni rubia.
Sobre las cuatro y media
comunica tu siesta. Me llamas a las seis para decirme
que sales disparada,
que se queda tu hijo en casa de un amigo,
que te aburre esta vida, pero a las siete debes
estar en no sé dónde,
y a las ocho te esperan
en la presentación de no sé quién
y luego sufres restaurante y copas
con algunos amigos.
Si no se te hace tarde
me llamarás a casa cuando llegues.
Y no se te hace tarde.
Sobre las dos y media te aseguro
que no me has despertado.
El teléfono busca ventanas encendidas
en las calles desiertas
y me alegra escuchar noticias de la noche,
cotilleos del mundo literario,
que se te nota lo feliz que eres,
que no haces otra cosa que hablar mucho de mí
con todos los que hablas.
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