domingo, noviembre 28, 2021

Mikel Izal

 Los ángeles y los demonios de Mikel Izal

El líder de Izal, la banda de pop ‘indie’ que llena pabellones, se libera con ‘Hogar’, un álbum confesional después de haber pasado el momento más traumático de su vida.

Mikel Izal no fuma. Nunca lo ha hecho. Tampoco ha consumido sustancias. Pasó por la Selectividad como un rayo: una nota de 9,2. Se sacó el título de ingeniero de telecomunicaciones en seis años. Estuvo cuatro trabajando en empresas, resolviendo intrincados asuntos relacionados con softwares. Como se aprecia, Mikel Izal exhibe un perfil atípico para lo que representa hoy: una estrella del pop rock al frente del grupo Izal (como su apellido), la banda indie que más gente convoca en España, compartiendo honor con Vetusta Morla. Él se dio cuenta de todo lo que representa en la primavera de 2018. El suelo se abrió, se precipitó por un terraplén y fue consciente de parte de lo que realmente le toca vivir: la mala cara de la popularidad. “Aquello me descubrió que era una persona pública, que podía interesar en muchos sentidos, cosa que nunca había pensado. Nadie está preparado para creer que su vida importa. Y eso hace que me genere mucha desconfianza. Siempre he sido muy confiado, pero ya no lo soy tanto. En parte es algo positivo pero por otra es negativo. No creo que sea muy sano desconfiar”, cuenta sentado frente a un café en un bar de Madrid.

En mayo de 2018, alguien en internet le adjudicó algunos mensajes con insinuaciones sexuales. Todo era vago, sin pruebas. Publicó un comunicado: “No hay nada de gracioso, entretenido e ingenuo en esos textos acusadores… Hoy me hacen pasto de las llamas a mí, mañana a quién sabe…. Por supuesto, niego rotunda y categóricamente cualquier acto de acoso, violación o actividad de carácter físico y sexual no consentida”. Y se retiró a llorar. “Mucho. Lloré de rabia, de incomprensión, de vulnerabilidad y por una situación de injusticia profunda”, dice hoy, después de tres años y cuando todavía le tiembla la voz al hablar del tema: “Cuando sufres un trauma tan grande se convierte en el centro de tu universo y tú solo lo agrandas. Todavía no lo he superado. Espero que sea pronto. Pero de aquello queda mucha desconfianza y el ver que no eres tan libre como lo que tú pensabas. Sí que lo eres pero te obligas a ser un poco menos”. Nota aquí.



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