El adiós de Buenafuente, el cómico que trajo el sosiego a la hora canalla
‘Late Motiv’ acabará en diciembre tras siete temporadas. El presentador transformó un formato nocturno que antes tiraba a la chabacanería y el sensacionalismo.
Andreu Buenafuente anunció el martes, en su monólogo en Late Motiv (Movistar+), que el programa terminará, con el año, en diciembre tras siete temporadas. No explicó los motivos. “La salida sigue siendo reír, el arma más poderosa que conocemos. Esto va a acabar en alto”. El cómico, presentador y empresario de Reus —también pintor, también escritor— deja la franja nocturna que ya ocupó en TV3, Antena 3 y La Sexta. Pone fin a ese desgaste personal, y a su mudanza a Madrid, pero ya está pensando en nuevos proyectos. Diferentes. En la plataforma y fuera de ella.
Hay que reconocer a Buenafuente que puso su sello a un formato nocturno que en España se decantaba por la chabacanería y el sensacionalismo. Él se aferró a los referentes de Estados Unidos, donde a esa hora manda el humor, la música en directo y las charlas relajadas.
El llamado late night irrumpió en España en los noventa, pero en versión cañí. El Mississippi de Pepe Navarro fue un gran éxito, toda una revolución en la parrilla gracias a la pillería de su creador. Jugaba a escandalizar: parodia, sí, y personajes extravagantes, sucesos truculentos, algo de paraciencias, un poquito de periodismo amarillo. De allí salió La Veneno, reivindicada después por los Javis, o Florentino Fernández, que interpretaba a un Chiquito de la Calzada con pluma que hoy no veríamos como entonces. En el declive de Navarro, el estrellato de la hora canalla pasó a Xavier Sardà con sus Crónicas marcianas. Igual de gamberro pero no tan escabroso, se gestó ahí un género que ha dado de sí: la tertulia entre gente acalorada que chilla. En ese espacio despuntaron Boris Izaguirre, Coto Matamoros o Carlos Latre. Sardà fue otro revolucionario de la televisión y su huella quedó en Sálvame y similares. Nota aquí.
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