León Gieco a los 70, el corazón de todos
Aquel pibe de sueños módicos se convirtió en artista esencial de la Argentina, bandera de la vida y los derechos humanos: las celebraciones en el Centro Cultural Kirchner y Tecnópolis son apenas una de las demostraciones de amor hacia el hombre que tradujo como pocos las alegrías y pesares de un pueblo.
¿Por qué queremos tanto a León? Es ocioso intentar una respuesta, porque en realidad la pregunta justa es otra: ¿Cómo no vamos a querer tanto a León?
En la misma descripción hay una clave: no se necesita más que decir León, que podría ser el felino, que podría ser un adjetivo para definir a los audaces, que podría interpretarse de muchas maneras, pero no. León es León. El apellido sale solo, todos sabemos que estamos hablando de Gieco, pero en el corazón resuena esa única palabra para identificar de inmediato a uno de los hombres más luminosos de la cultura argentina.
Leoncito, como le decía la Negra Sosa que también lo quería tanto -justo ella, otra leona de la canción popular-, cumple 70 años. Y es lógico que haya un doble festejo, en el Centro Cultural Kirchner y Tecnópolis, y que todos quieran celebrar con él, que tocó con todos, que nos tocó a todos con sus melodías y con frases que queman, que se levantan como bandera. Que transmiten una emoción que ayuda a tolerar los dolores de las verdades que canta. Nota aquí.
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