Canto al Obrero
Qué quieres de mí si el cansancio me derrota día a día,
No ves mis manos ajadas, dolidas,
Mi osamenta como un armario en medio del desahucio,
La ilusión comida,
Los años baldíos hasta la cosecha del tedio.
Qué quieres de mí,
No me ves en el agujero sin asideros de fe,
Huérfano de pompas de jabón,
De ferias y molinillos de viento,
De caprichos primarios como el instinto del querer,
Pues no, no quiero nada,
Solo caer
Y despertar
A la mañana
Conservando aún,
Si puede ser,
Una miga de ese pan
Que alimenta al optimista.
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