Imagen de mi padre
Tenía las manos suaves
como el corazón de un pájaro
al andar casi danzaba
y hablaba casi cantando.
Como ríos paralelos
vagábamos por los campos
yo lo confundía a veces
con la sombra de algún árbol.
El cielo que lo cubría
no podía ser más alto
y el nardo azul de su alma
no podía ser más nardo.
Si hubiera sido de agua
¡qué compañero tan claro!
serenos como sus ojos
nunca se verán dos lagos.
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