domingo, junio 02, 2024

Real Madrid

 El Real Madrid sigue en el más allá

El equipo blanco suma su 15ª Copa de Europa en un partido que empezó dominando el Dortmund y que desatascó Carvajal, que alcanza a Gento con seis Champions, como Nacho, Modric y Kroos.

Nadie puede conocer mejor los caminos que conducen a la eternidad que quien oficia como su creador, el Real Madrid, el equipo que se instaló allí en sus principios, que fue expulsado durante décadas después de levantar seis Copas de Europa, y que redescubrió la fórmula para regresar al lugar que trata como suyo, la gloria que el resto mira con codicia, y con temor reverencial. Y los caminos a veces son extrañísimos, y sobre todo rara vez son los mismos. De ahí el desconcierto, de ahí la repetición, la 15ª Copa de Europa atrapada en Wembley, el escenario más habitual de las finales, que aún no había coronado al rey, que ganó en Londres su novena final consecutiva, un partido que no pierde desde 1981.

.Contra el Borussia Dortmund echó mano de la agitación, del desmantelamiento de lo racional. Después de más de una hora atrapado en el laberinto construido por Terzic, enganchado a los raíles que le dictaban por dónde le estaba dado moverse, sin encontrar soluciones canónicas, hizo saltar la construcción por los aires en un rapto irracional. Cuando apenas había tirado a puerta y Courtois empezaba a coger un aire al héroe de París, el Real desmanteló la resistencia con una jugada ilógica: Carvajal, que mide 1,73m, se adelantó a Füllkrug, un especialista del aire de 1,89, y cabeceó a la red un saque de esquina de Kroos, que tuvo un adiós redondo. El canterano que puso con Di Stéfano la primera piedra de la ciudad deportiva del club le abrió otra vez las puertas de la gloria.

Marcó Carvajal, el único de los cuatro —con Nacho, Modric y Kroos— que alcanzaron las seis Copas de Europa de Gento que ha sido titular en las seis finales, y así parecía introducir al menos un punto de lógica narrativa en el momento irracional que acababa de desatar. La final se dio la vuelta en ese punto, cuando el Dortmund, repleto de novatos en este territorio, entendió que con el Madrid los planes no servían para nada, cuando el Madrid olió que había tocado la tecla. Kroos obligó a Kobel a otra parada, como Nacho, como Camavinga. Un alud. Nota.aquí.





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