EL TRAYECTO
era muy joven
casi una niña
que sabía en qué pentagrama vivía
-la guitarra y el candor-
enseguida comprendí
debía allanar el camino del espacio
quitar los pedruscos
poner las vías
los travesaños y el balastro
después la maquina y el vagón
la catenaria que la llevara a las estrellas
sabía mis escasas posibilidades
cuatro libros mal leídos
comparados con el sinfín de libros que me habría gustado haber bebido
ningún caldo
ningún vino
apenas la experiencia de las copas del amor
eso sí
con todo su sentido
subí al desván de los baúles antiguos
busqué entre los recuerdos sepia
las cartas de amor de tiempos idos
allí estaban los alimentos terrestres
los condados del Sur
las palmeras salvajes y el gran dinero
los contrapuntos faustinos
la metamorfosis del castillo
el oficio de vivir y los caminos del tiempo
recobrados después de perdidos
ad nauseam su furia y su ruido
desplegué todos los cartapacios y abalorios
desperté el lobo estepario que llevaba adentro
y puse en marcha el tren de las galaxias
mas el humo y la niebla
las nebulosas secretas
y el hidrógeno y el helio
aplazaron el trayecto
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