La capilla de Glew del Maestro Raúl Soldi
El columnista y consultor de arte Carlos María Pinasco se sumerge en los detalles de la obra maestra de Raúl Soldi: la capilla de Glew que terminó de pintar hace 45 años.
Hace cuarenta y cinco años Raúl Soldi (1905-1994) dio la pincelada final a lo que fue su capo-lavoro y seguramente la obra más significativa de nuestra plástica. Con el “Nacimiento de Jesús” cierra un ciclo en el que a lo largo de 23 veranos la magia del artista convirtió una modesta capilla del conurbano bonaerense en el pueblo de Glew (hoy en el partido de Almirante Brown) en una catedral de belleza que merece ser admirada y disfrutada por todos.
Consagrada el mismo año del nacimiento de Raúl, 1905, a Santa Ana -madre de la Virgen María- la capilla modesta y luminosa mantenía sus paredes blancas cuando la vio el maestro por primera vez. Era el verano de 1953 y los Soldi -Raúl, su mujer Estela y sus hijos Diego (7) y Daniel (5)- habían alquilado una casita en las afueras del pueblo que por entonces era rural para descansar después de un año laborioso. Nota aquí.
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