El primer mar
¿Recuerdas todavía? La fonda tan pequeña,
la habitación aquella. La ventana
que daba a un mar de gloria.
El viaje en el barquito a Punta Umbría.
La señora, callada, que miraba
-y sonreía-
nuestros besos,
cogidos de la mano,
subiendo a nuestro cuarto.
Y la sal de tu cuerpo cada noche,
la playa solitaria,
las casitas
de pescadores, al lado de las olas.
Esos atardeceres, el silencio
sagrado de la noche.
Apenas si teníamos,
bailando en el bolsillo, una moneda
mas en tu piel estaba escrito,
deslumbrante,
el mapa del tesoro
Escribo en esta noche mientras duermes
y te quejas en sueños -la rodilla
que no te deja en paz
y este cansancio-. Ya han pasado
más de cincuenta años.
Y regreso
a la pensión aquella cuando éramos
felices e inocente como dioses
primitivos. Y ahora, ahora,
tan lejos ya de todo, todavía
encuentro en tu cintura
aquel viaje de novios, casi niños.
Y ese mar, primer mar, cálido y nuestro.
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