Paul McCartney a los 80: viejos son los trapos
No conforme con protagonizar una revolución cultural en los '60, el músico y compositor atraviesa los años con la inquietud intacta, sin perder la inspiración y la capacidad de sostener tres horas de show con un repertorio indestructible.
"Juro que no morí".
Es curioso que una de las citas más célebres de Sir James Paul McCartney no tenga que ver con la música, y sí con uno de los mitos más divertidos de la historia del rock. A Paul lo dieron por muerto enumerando las "pistas" de la tapa de Abbey Road; ante el carrerón posterior del Beatle, el más remanido chiste siempre fue que al cabo el "doble" del músico presuntamente fallecido había resultado tan bueno como el original. Pero la cuestión es que Paul llegó en 2006 a los 64 años imaginados en Sgt. Pepper, y siguió. Y Paul llega este 18 de junio a los 80 con la estatura de coloso que sólo Mick Jagger y Keith Richards pueden igualar, en la carretera con su Got Back Tour, con una banda arrasadora y capaz de sostener tres horas de show con un repertorio de potencia nuclear.
En un momento en el que arrecian las "notas aniversario", Macca impone un lindo desafío. Porque con el compositor (¿no es reduccionista llamarlo sólo músico, habiendo hecho tanto?), una de las figuras centrales de la cultura del siglo XX y más acá, siempre se están cumpliendo años de algo: un tipo que toca desde los albores de la década del '60, que graba desde el año 1963, que tiene una larga cadena de obras destacadas e inspiradas, es inevitable fuente de hitos. Y Paul, que sube al escenario hoy y la descose, es también puro presente.
Pero sí, ocho décadas es algo demasiado atractivo. Aunque esas ocho décadas se diluyen ante la energía con la que McCartney sigue ejerciendo su oficio y su arte. Paul se encontró con el público argentino en River en el ya lejanísimo 1993, con el New World Tour que presentaba Off The Ground, aún con Linda Eastman, con un par de canciones compuestas junto a otro prócer llamado Elvis Costello. Volvió a River en 2010 con el Up & Coming Tour, esa vez sin disco nuevo bajo el brazo porque venía de sus incursiones en la música clásica. Volvió otra vez con la gira One on One en 2016 (esa vez al Unico de La Plata, y una escena inolvidable cuando una niña del público subió a tocar con él "Get Back"), y otra vez más en 2019: había grabado New (2013) y luego Egypt Station (2018), y el asombro por su excelente salud artística se multiplicó al verlo en vivo. Su voz tiene la inevitable rugosidad de los años pero Macca no envejece, añeja. La única nota negativa de esa visita al Campo de Polo no tuvo que ver con él sino con un sonido amarrete que hizo sufrir al público más alejado del escenario. Nota aquí.
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