Cafetines de Buenos Aires: el bar que se ubica en el sitio donde tres avenidas forman ocho esquinas y recibió a grandes del tango
Los hermanos Homero y Virgilio Espósito, Julián Centeya, Aníbal Troilo, Homero Manzi y Osvaldo Pugliese se contaban entre los habitués de este lugar que, inaugurado en 1939, hace honor a su ubicación desde su nacimiento: “Bar 8 esquinas”. Aunque se alza casi sobre la intersección que juega con los límites de tres barrios porteños pertenece a Chacarita y ahí llegan sus visitantes desde hace más de 80 años. Su historia, sus cambios y permanencias, sus clientes más famosos y su gestión de la mano de un porteño que perdió la visión pero no el amor por el café
El presente relato tiene la cualidad de ser abordado por distintas vías. Tantas como el particular trazado que se dibuja entre los límites de los barrios de Villa Ortúzar, Colegiales y Chacarita. Allí confluyen las avenidas Forest, Elcano y Álvarez Thomas, que conforman ocho esquinas. ¿Qué es imposible de tres líneas que se cruzan resulten ocho ángulos? En Buenos Aires nada lo es.
“Que no te cierren el bar de la esquina” inmortalizó en su canción Joaquín Sabina. Imaginen ocho. Sin embargo, este particular rincón porteño que ofrece múltiples oportunidades existe en una única locación. Porque así somos de inclasificables los porteños. El boliche que vino a cumplir con la consigna fue bautizado con un nombre genérico que representa a las tres barriadas: Bar 8 esquinas.
El Bar 8 esquinas está ubicado en Forest 1186. Se fundó el 31 de octubre de 1939, cuando más que una intersección de avenidas la zona se parecía a un cruce de rutas por lo descampado. Lo fundaron un grupo de gallegos. Entre sus primeros parroquianos se encontraron un sinnúmero de tangueros de la Época Dorada. Cuenta Horacio Spinetto en el volúmen II del libro Cafés Notables de Buenos Aires, publicado por Patrimonio e Instituto Histórico de la Ciudad, que los hermanos Homero y Virgilio Espósito, Julián Centeya, Aníbal Troilo, Homero Manzi y Osvaldo Pugliese estaban entre los feligreses de esta pequeña capilla rutera.
Osvaldo Pugliese fue vecino del bar. Beba, su hija, lo confirmó de esta manera para el citado libro: “Ese bar antes se llamaba El Bar Alemán, llegaban de todos los barrios, incluyendo del centro, a tomar cerveza con los riquísimos sándwiches de lomito, ¡cómo no lo voy a conocer!, si ahí, en ese hermoso barrio, mis viejos se casaron y fueron a vivir a la calle 14 de julio 1111, donde yo nací...”.
El barrio al que hace referencia Beba Pugliese es Villa Ortúzar pero, por esos caprichos limítrofes, el 8 esquinas pertenece a Chacarita. Un rincón del bar homenajea a Pugliese. Es la mesa donde le gustaba sentarse a tomar café y leer el diario que le compraba al canillita de Forest y Elcano. Y entre las fotos del Maestro está enmarcada la letra y partitura del tango Mis 8 esquinas, compuesto por su hija Beba, con letra del poeta Ítalo Curio. Algún día escribiré sobre la vida migrante de Osvaldo Pugliese y cómo se lo apropian distintos barrios. En Villa Crespo nació, se formó y es su máximo referente. Boedo tiene su Esquina Pugliese, el café donde solían detenerse Osvaldo y Lidia, su mujer, cuando salían de caminata desde la casa que tenían en Almagro con destino final Pompeya. De Villa Ortúzar y Chacarita dio cuenta su hija. En fin, más barrios que los cantados por Alberto Castillo. Pero continuemos con la historia del bar. Nota aquí.
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