miércoles, septiembre 10, 2025

Félix Maraña

 Un negro en la Casa Blanca

Admirose Donald Trump,
al ver que un negro en Liberia,
sin taparrabos ni histeria,
sin importancia, sin plan,
hablará inglés con afán
de presumir en la gloria
que los negros de Monrovia
en el siglo veintiuno,
desde el mismo desayuno
hablen inglés con euforia.
Y lanza una inquisitoria
pregunta al negro moruno,
por si tal vez más de uno
gozara de esa oratoria,
hablando así, de memoria,
nuestra lengua sin misterio.
Le ruego, dígame en serio,
cómo ha podido aprender
un idioma que al nacer
sólo se habla en nuestro imperio.
Mira que tiene retranca
que aquel negrito africano,
sin ser pigmeo y enano,
en la misma Casablanca,
habla inglés y no se atranca,
que el propietario del mundo
le felicita rotundo,
admirado nuevamente,
que en África exista gente
hablando un inglés oriundo.
Si usted supiera de historia,
dijo el negrito educado,
sabría que en el pasado
dimos su nombre a Monrovia
para celebrar la gloria
del presidente Monroe.
Por eso a mí me corroe
que un presidente ignorante,
salga con este desplante,
y no reconozca al héroe.



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