Antonio nos cuenta por Facebook.
En esta voluntaria y necesaria ausencia de las redes sociales, he tenido la oportunidad de contemplar la grandiosidad del Mar, en este caso del Mar Mediterráneo, y ha sido imposible no sentir los dramas que por culpa del hombre lleva en sus entrañas.
A mi vuelta me lo he traído conmigo a este Madrid caluroso y perezoso, pero no para refrescarme con su recuerdo, sino para cantarle y no olvidar su sufrimiento.
Gracias maestro por tanto
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