"Su vida fue coherencia y compromiso constante"
El exministro de educación de la Nación volcó en casi 300 páginas las charlas en las que se plasman los claroscuros de la riquísima historia de vida militante del expresidente uruguayo.
-“¿Quién es Pepe?”
-Y él me contesta
-“Un loco que piensa cosas raras”.
Así empieza –tentando a seguir- Mujica por Pepe, el libro sobre el expresidente del Uruguay que Nicolás Trotta produjo y publicó durante la pandemia, y que se reedita y sale a la venta con la edición de Página/12 del domingo 13. Consiste en una serie de charlas sostenidas entre ambos que el exministro de educación de la Nación volcó en casi 300 páginas, en las que se plasman los claroscuros de la riquísima historia de vida militante que José “Pepe” Mujica, reflexivo y entusiasta -pese a la enfermedad que lo acechaba a sus casi 90 años- virtió durante cuatro días de conversaciones sucedidas en su chacra de las afueras de Montevideo. “La reedición del libro es como un homenaje al Pepe y a todo lo que representa”, indica Trotta. “Sus palabras, en este momento y por lo que se está viviendo en la Argentina, son mucho más trascendentes de lo que fueron en la edición inicial del libro. La Argentina, como ningún otro país, tiene un presidente con un discurso de crueldad incomparable con otros presidentes que incluso despliegan sus mismas políticas. Entonces, volver sobre la mirada de Mujica debería permitir ayudar a construir el camino para reimaginarnos y reencontrarnos en el desafío de construir una alternativa a estos discursos que habilitan la crueldad, el odio, el desamparo, y la voluntad de destrucción del Estado para imponer la mercantilización de los derechos”.
El devenir del Pepe que nutre al libro de su esencia consiste en una totalidad cronológica con inicio en la evocación de su infancia y de sus padres –de su madre, fundamentalmente-. Prosigue por sus jóvenes inclinaciones anarquistas, amén de su mirada asertiva tanto del Partido Blanco en el que militaba justamente su madre como del peronismo; la época tupamara; los eternos días en prisión contra todo atisbo de humanidad; los años del Frente Amplio. Y concluye en un repaso de la historia rioplatense en perspectiva, además del imperdible foco filosófico y humanista que brotaba natural, cada vez que el Pepe abría la boca. “Creo que es fundamental poner en valor el testimonio de uno de los referentes más importantes de América latina, que tuvo una vida de novela atravesada por la tragedia, a partir de su prisión en condiciones de violación absoluta de la dignidad humana”, insiste el docente, periodista, abogado y exministro de educación. “Se trata también de poner en valor la mirada crítica que Mujica tenía respecto de esta sociedad individualista y ultraconsumista”.
-¿Cómo fue la trastienda de las charlas que tuviste con él en su chacra de Paso de la Arena?
-Las charlas comenzaban muy temprano en su chacra, donde él vivía junto a Lucía, su mujer. Es una casa muy simple, a la que yo llegaba muy temprano, por la mañana, empezábamos a grabar mientras Lucía partía en ese momento hacia el Congreso, porque era vicepresidenta. Estábamos todo el día con el Pepe. Preparábamos el almuerzo, almorzábamos, conversábamos. Luego, él dormía un rato la siesta, yo me quedaba con el “Turco”, su colaborador más estrecho, y después retomábamos hasta las seis, siete de la tarde. Esas conversaciones que fueron muy ricas. Una de las cosas que recuerdo con más afecto es que él odiaba que digan que vivía de una manera austera, porque decía que austeridad era una palabra usada por los gobiernos para restringir los derechos de los sectores populares. Prefería decir que vivía ligero de equipaje. Y en esa simpleza tenía su felicidad. "Vive como piensas o pensarás como vives", solía decir. Nota aquí.
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