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De vuelta en casa tras una mañana lluviosa y feliz en la presentación de "Un Cadillac de segunda mano" de
Rodolfo Serrano
. Ha sido una sorpresa preciosa la visita de Felicidad
y Germán
y ver a amigas y amigos como Juana Vázquez
, Ángeles Fernangómez
, Lola Álvarez Feito
con su José, Antonio P. Gaitero
, Antonio Benicio Huerga
. Después comida con Feli y Germán y charlas y risas y vida.Os dejo mis palabras de la presentación del Cadillac:
"Buenos días. Muchas gracias por venir a conocer a un poeta nuevo en el panorama editorial, un chaval que está empezando llamado Rodolfo Serrano. En fin, fuera de bromas, poco os voy a descubrir yo de la poesía de Rodolfo. Siempre he dicho que la poesía debe sacudir al lector; como dice mi admirado Enrique Valle “yo lo que busco en un poema es que me deje hecho polvo”. Bien pues eso Rodolfo lo consigue con creces. Porque Rodolfo es el poeta de la emoción por antonomasia, el poeta de la nostalgia, de la melancolía. Una melancolía en la que se regodea y que transmite al lector hasta el punto de dejarle hecho polvo. El pobre lector sale de la lectura de Rodolfo con alma de bolero y no tiene más remedio que darse una ducha fría para poder enfrentarse a la aburrida rutina de su vida. No precisamente por la carga erótica de los poemas, sino por la carga de ternura, que es mucho más peligrosa y mucho más adictiva que el sexo.
Pero esta sensualidad, esta explosión de emociones, necesita un vehículo para llegar al corazón del lector. En contra de algunas teorías que defienden lo contrario, tan válidas como la mía porque en esto no hay verdades absolutas, yo soy de los que mantienen que la poesía necesita un ritmo, una musicalidad, que es el estuche del contenido, el vehículo que transporta esa emoción para que impacte de lleno en el corazón del que la lee. Quiero decir que, en mi opinión, la forma de un poema es casi tan importante como el fondo. Y ese vehículo -en el caso que nos ocupa hoy es un Cadillac de segunda mano- Rodolfo lo conduce con maestría. La música de sus versos nos empapa y prepara el terreno para que el contenido nos penetre hasta el fondo, nos sacuda y nos deje hechos polvo. Y todo ello con un lenguaje cercano y reconocible, sin grandilocuencias inútiles que sólo sirven para poner distancia.
En fin, como yo sé que cuando este libro esté en vuestras manos vais a ir directamente al turrón y os vais a saltar el prólogo que, dicho sea de paso, he escrito con todo mi cariño, pues os voy a pedir que aguantéis las ganas un momento y me dejéis leerlo".
Y se lo han tenido que tragar.
Rodolfo nos ha leído unos cuantos poemas y
Antonio Sanz
y Fran Fernández nos han cantado algún poema de Rodolfo y otras cosas bonitas. Abrió Antonio con la canción de Loquillo Cadillac Solitario.
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