sábado, mayo 06, 2023

Joaquín Sabina

 Sabina triunfa en Málaga como "cuando era más joven"

El cantante de Úbeda estuvo casi dos horas en el escenario del Martín Carpena dentro de su gira 'Contra todo pronóstico'.

Dar dos pasos en el escenario del Martín Carpena la bastaron a Joaquín Sabina para poner al público de Málaga en pie. Apareció el genio de Úbeda casi un cuarto de hora después de lo anunciado en las tablas y, como un resorte, los testigos de la vuelta a los escenarios de Sabina tras su caída en Madrid, lo acogieron con una ovación cerrada antes de descorchar su primera de las dos noches que está anunciado en Málaga recordando que "cuando era más joven la vida era dura y feliz", una vida en la que "mañana era nunca". 

Antes de continuar versó sobre Málaga, sobre sus amigos Antonio Banderas y María Barranco y recordó la sucursal de La Mandrágora que tenía en la capital de la Costa del Sol, Zambra. Era su refugio en una "Málaga la bella" con "verdial" y "boquerón".  

A Málaga llegó Sabina girando 'Sintiéndolo mucho' y sin nada que olvidar de su pasado y con ganas de "envejecer sin dignidad, aunque al fusil ya no le quede ni un cartucho"; y siguió con un "futuro cada vez más breve" y las resacas más largas, en definitiva, como un "Superviviente, sí, ¡maldita sea!.

Se paró a respirar y dedicar 'Cuando aprieta el frío' a amigos que había entre el público, como la cantante malagueña Vanesa Martín. Con un corazón de "muelles laboriosos", bombín blanco con cinta negra, y americana negra con rayas blancas y rojas, fue despachando Sabina la primera parte de su concierto, que lo tuvo dos horas sobre el escenario, con algún receso en el que lo suplió su banda. 

Lejos de estar seco "como una Kawasaki en un cuadro del Greco", el cantante de 74 años demostró estar en plena forma, con un concierto adaptado a sus tiempos. Unos tiempos que son los de siempre, como cuando puso al Carpena a "celebrar la vida" de "una amiga que ya no está", y Málaga supo reír -y cantar- como llora Chavela Vargas". Fue el primer clímax de concierto. 

Antonio de Diego le dio un respiro al genio con 'La canción más hermosa del mundo', y ya con una camisa de lunares rojos, cogió sitio y mesa y se sento y templó la 'Una canción para la Magdalena' junto a Mara Barros, la corista de una banda en la ya no vino a Málaga su hasta hace poco inseparable Pancho Varona. 

Una Mara Barros que se vistió de Concha Piquer para darle paso a 'Sin embargo' con la 'Y sin embargo, te quiero'.  A Sabina se le fueron envenenando los besos hasta llegar a 'Contigo', porque los "amores que matan nunca mueren", igual que el de los incondicionales del de Úbeda, que fueron cerca de 7.000 en las gradas del Martín Carpena. Nota aquí.



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