Las nubes
Algunas nubes blancas, lentas, suaves,
pasan por un azul purísimo. Los cielos
son una bendición. Están los campos
Mi corazón me late emocionado,
como un toque de gloria. La mañana
se viste de amapolas y tomillo.
Juega el aire en las hojas del olivo.
Está todo tan lejos y tan cerca.
El estruendo de guerras, los dolores
de tu nombre prendido en la memoria,
los amigos aquí, en la amada sombra.
El verso de Machado, piedra limpia,
entre los berrocales y encinares.
La soledad bendita de estas calles,
España del olvido y abandono.
Me detengo un instante. Van mis ojos
hacia esas nubes blancas y a los cielos
que amparan mi retorno hasta la infancia
de la luz que me alumbra mi camino.
(El pueblo huele a tierra y a nostalgia)
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