Cárcel a la intemperie
una cárcel militar,
un desierto sin hogar.
No queda hospital ni hotel,
ni escuela, templo o dintel
donde huir del enemigo
Las ruinas son el testigo,
el hogar a la intemperie.
Asesinatos en serie,
torturas, sangre y castigo.
Campos de concentración,
donde morir lentamente,
donde hacinada la gente
espera la ejecución.
Donde los niños al son
lloran y piden clemencia.
Gritan porque en su inocencia
esperan ser liberados
por la acción de otros estados
presos de lasa conciencia.
Así, con su gesto tierno,
lleno de miedo y espanto,
así, constante su llanto,
esperan que el nuevo invierno
no se convierta en infierno
de fuego y de bombardeos,
de truenos y rayos feos,
de muertes y de tragedia.
Que esto no es una comedia
ni una guerra entre dos credos.
0 comentarios:
Publicar un comentario