La guitarra y voz de Ismael Serrano encandilan al Teatro Esperanza Iris
Serrano saludó y agradeció la asistencia del público y explicó que con este concierto buscaba reivindicar la esencia del trovador de toda la vida que, armado de su guitarra y su canto, cuenta historias que sean capaces de conmover a quien las escuche.
Ciudad de México. Sólo una guitarra y su voz le bastaron a Ismael Serrano para encandilar sus seguidores mexicanos, que acudieron al Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, donde el cantautor español ofreció un concierto como parte de su gira denominada Tour Guitarra y Voz.
Unos minutos después de las 20 horas, el intérprete originario de Madrid dio inicio a su concierto con Amores Imposibles, tema que arrancó la primera ovación del público. Tras esta canción, Serrano saludó y agradeció su asistencia a los presentes y explicó que con este concierto buscaba reivindicar la esencia del trovador de toda la vida que, armado de su guitarra y su canto, cuenta historias capaces de conmover a quien las escuche.
Dicha introducción fue recibida con aplausos por los asistentes, y el concierto dio paso a un recorrido por la trayectoria de un artista con 17 álbumes grabados. Serrano, emocionado y feliz de estar ante un auditorio tan atento, procedió a interpretar varias de sus piezas más icónicas como Hija de Lilith, Porque fuimos y Un muerto encierras, que narran historias de amor y desamor, así como de esperanzas en un futuro mejor. Con unos espectadores que se sumaron tímidamente al principio y después con más energía a hacer segunda voz, Serrano dedicó esa parte del recital al poder de la música para hacer más llevaderas las distancias y ausencias entre las personas, que siguió coreando de principio a fin las canciones el español les entregaba.
De Shakira a la canción de protesta
El concierto tomó un rumbo gratamente inesperado cuando el cantautor, como parte de su más reciente proyecto Canciones Insospechadas, interpretó Inevitable, de la colombiana Shakira, al señalar que este trabajo musical buscaba sacarlo de su zona de confort y buscarle nuevos ritmos y horizontes a temas que le gustan pero que el público no se imaginaría que pudiese cantar.
Ya con la velada avanzada, Serrano recordó que la labor del trovador también tiene una carga de inspirar a los otros e interpretó La Llamada, de su disco homónimo de 2014, donde alentó al público a dejar atrás el individualismo reinante en los tiempos que corren y abrazar la solidaridad y el apoyo mutuo. El público respondió a esa petición con una sonora ovación.
El programa siguió con la interpretación de Vértigo y La canción de nuestra vida, acompañadas por el respetable con sus palmadas y llegar al momento cumbre de la noche cuando tocó Ahora que te encuentro y Papá cuéntame otra vez, su canción más conocida y la que lo llevó a la fama, donde realizó cambios al verso final para hacer una mención al genocidio en la Franja de Gaza, lo que llevó al respetable a la ovación más estruendosa de la noche y que apareciera una bandera palestina entre los asistentes.
La petición unánime del público por un encore se cumplió y el cantautor volvió al escenario para ofrecer Pequeña criatura, Candombe para olvidar y Vine del norte, cuya letra narra las vivencias de una pareja durante la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile.
El último aplauso de los asistentes y el agradecimiento final del cantante cerraron una noche de complicidad entre este y su público, que reivindicó con creces la idea de que es posible buscar cambiar el mundo con solo una guitarra y la voz. Nota aquí.

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