domingo, noviembre 09, 2025

Rosalía

 “Llevo preparándome toda la vida para esto”

En ‘Lux’ la cantante y compositora transita hacia la espiritualidad a través de la vida de distintas mujeres que habitan el ideario de religiones como el catolicismo o el islam. En una extensa entrevista con ‘El País Semanal’ habla de su momento vital, pero también del conflicto de Palestina o de la serie ‘Euphoria’

Pasan unos minutos de las diez de la mañana del sábado 18 de octubre de 2025. Rosalía Vila Tobella (Sant Esteve Sesrovires, 33 años) se sienta en un sofá de una de las salas de este estudio fotográfico al norte de Madrid. Está cansada, lleva días durmiendo poco (y lo que le falta). Pero tiene unas ganas enormes de hablar de su cuarto disco, Lux, del que en este momento ya está medio mundo teorizando sin haber escuchado una nota de él —saldrá (salió) el 7 de noviembre—. Un nivel de análisis abrumador, que en ocasiones dice más del que lo formula que de quien es su objeto. Rosalía no es solo grande, es importante. Con todo lo que eso conlleva en la era del evento y la hipérbole.

Se sienta, habla bajito y pausado. Cuando se emociona o quiere enfatizar algo, se remueve sobre el sofá, o incluso pega un pequeño brinco que hace que suframos por el móvil que está grabando junto a su regazo. En los últimos dos años hemos sabido de ella mucho más por lo que ha querido que sepamos de ella la prensa del corazón (o la económica) que por lo que la cantante ha propuesto. Esto va a cambiar. Ya está cambiando.

Antes de sentarnos con Rosalía, hemos podido escuchar el álbum en dos ocasiones en las dependencias de su sello en Madrid. Son 18 temas (15 en la versión digital y 3 más en las físicas) en los que las orquestaciones toman un papel central —Concha Piquer entrando en el Liceu vestida de McQueen—, no hay loops, no hay apenas electrónica (cuando aparece, lo hace de forma o muy sutil o muy agresiva). Pero está Dios. Él mismo y la idea de él mismo que ha erigido cual templo Rosalía a partir de infinidad de lecturas religiosas, sobre todo, de figuras femeninas clave en el devenir de los distintos credos que habitan este mundo.

La fe y el Todopoderoso han estado siempre presentes en su obra, pero jamás con esta centralidad musical, ética y estética. En un afán por no limitar el discurso a una fe y también enfatizando que la catalana es una artista global como solo se puede ser en la era de internet, el álbum contiene versos en hasta 13 idiomas. Hay arias, hay copla, hay rumba, hay canto lírico, hay guiños a la música sacra contemporánea e incluso al Yeezus de Kanye West, disco en el que hace más de 10 años participó Noah Goldstein, uno de los dos brazos ejecutores —el otro es Dylan Wiggins— que han ayudado a Rosalía a completar esta obra catedralicia. Se ha grabado en Barcelona, Sevilla, Montserrat, París, Los Ángeles, Nueva York y Miami. Colaboran Sílvia Pérez Cruz, Estrella Morente, Björk (con quien ya se unió en el sencillo ‘Oral’ en 2023), Yves Tumor, Yahritza, Carminho, Guy Manuel de Homem Christo (miembro de Daft Punk), la Orquesta Sinfónica de Londres, el coro de la Escolania de Montserrat y el Orfeó Català.

Si El mal querer traía el flamenco al mundo del r’n’b, el trap y el hip hop del siglo XXI y terminaba inspirando a toda una generación de artistas, y Motomami llevaba hasta sus confines creativos —casi rozando el más gozoso absurdo— los sonidos latinos y urbanos, Lux es una apuesta orquestal extremadamente personal que empieza y acaba en su autora, algo muy raro de ver en el mainstream musical. Es casi un bien cultural.

En una era en la que los productos son cada vez más homogéneos, que alguien alcance la centralidad con este tipo de discurso puede resultar sorprendente, pero solo lo es si se ignora que hay una enorme facción del público que ha crecido con un consumo musical omnívoro y desprejuiciado; para bien y para mal, desprovistos de cualquier bagaje histórico, lo que provoca una rotura en el continuo cultural, pero favorece que algo como Lux —luz en latín— tenga el potencial de ser universal. Nota aquí.




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