Félix Maraña

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Poeta del pueblo

El noble pueblo de Villamanta de Madrid tributa hoy un homenaje popular, nunca mejor dicho, a uno de sus ilustres hijos, el poeta Rodolfo Serrano, que es poeta y sin embargo amigo. Acuden de otros lugares del mundo poetas y gentes de las nuestras, tampoco hay que disimular, aunque a Rodolfo le dé vergüenza decir que es poeta, para tan magno y sencillo acontecimiento civil, con el pretexto de presentar en sociedad su nuevo libro de poemas, publicado por la nueva editorial de Ismael. EL Ayuntamiento presume de que este pueblo es el único del mundo en donde Ismael es el hijo de Rodolfo, porque fuera de sus fronteras Rodolfo es el padre de Ismael. Acuden músicos, cantantes, juglares, poetas, y espero que la banda municipal esté entonada para la ocasión.

Como no puedo acudir, llevan mi representación por encargo, con besos de verdad y abrazos auténticos. Y canto a Rodolfo de nuevo con este poema que le envié hace un año.

RABEL PARA UN POETA

Rodolfo Serrano

escribe poemas

y describe escenas

de vida. En su mano

relucen sus venas,

corazón decano,

viejo pero sano.

Inspira faenas,

alegra las penas,

parece tu hermano.

Quiere un mundo sano,

soltar las cadenas,

no vivir en vano,

las sangres serenas,

espantar las hienas,

ser hombre de fano.

De familia humilde,

Julia es la mujer

que le ha hecho crecer,

y no hay quien le atilde.

Y tienen tres hijos

que son como él:

Pablo, Daniel, Ismael,

son sus regocijos.

No hay más acertijos.

¡Tocadle el rabel!