Una llamada telefónica con una primicia mundial y la película que la cuenta 50 años después
La voz del periodista uruguayo Tomás Friedmann (73) aparece en "La sociedad de la nieve", que se acaba de estrenar.
En 1972, fue el primero en difundir la lista de los sobrevivientes del accidente del avión de los rugbiers en la cordillera.
Cuenta a Clarín cómo esa noticia marcó su vida.
Una llamada telefónica le puede cambiar la vida a muchas personas. Tomás Friedmann sabe que a él, seguro, no fue a quien más se la cambió esa llamada. Pero medio siglo después vuelve a repetirla como si hubiera sucedido ayer. Como la van a escuchar los espectadores de la recién estrenada “La sociedad de la nieve”. La llamada en la que confirmó los nombres de los 16 sobrevivientes de la tragedia o el milagro, como se prefiera llamarlo, de los Andes.
El 13 de octubre de 1972, un Fairchild F-227 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló en la Cordillera de los Andes. En él viajaba un equipo de rugby amateur acompañado por sus familiares. 21 pasajeros murieron en el accidente o los días posteriores. Ocho más, el 29 de octubre en un alud que azotó al fuselaje de la nave, enclavada en la nada absoluta de la cordillera y la nieve. Pero hubo 16 pasajeros que lograron sobrevivir. En la que probablemente sea una de las historias de resiliencia más poderosas que haya vivido un grupo de seres humanos, consiguieron salir cuando ya nadie los buscaba.
La tragedia y el milagro. El instinto de supervivencia y esa comunión en la desolación entre los vivos y los muertos que retrata la película del español Juan Antonio Bayona, el director de "Lo imposible" (basada en otra historia de resiliencia fenomenal del tsunami de Tailandia de 2004). Cuando los jóvenes rugbiers escucharon por la radio que habían cesado los operativos, se dieron cuenta de que tendrían que pelear por sobrevivir. Sin comida, el único alimento posible eran los cuerpos de los fallecidos. Sin rastrillajes, la única salida era caminar hacia el oeste.
Allí llegaron más de dos meses después Fernando "Nando" Parrado y Roberto Canessa. Los encontró un arriero. Al confirmarse la noticia, el impacto mundial fue inmediato. Podría compararse con el “estamos bien los 33" de los mineros de Chile, el rescate de los chicos de la cueva de Tailandia o la odisea de los hermanitos en la selva colombiana.
Pero claro, era 1972 y no había televisión satelital ni internet ni mucho menos redes sociales. Pero claro, estaban, siempre están, los periodistas.
Uno de ellos era Tomás Friedmann, un joven y entusiasta periodista de 22 años de Carve, una de las radios más importantes de Uruguay. Tomás siguió el caso desde el principio, casi por una casualidad. Por cuestiones laborales, había entablado un buen vínculo con Carlos Páez Vilaro, el artista plástico que creó Casapueblo. Nota aquí.