domingo, agosto 31, 2025

Nach & Trueno

 

Félix Maraña

 Medio ambiente y patrimonio

Día Mundial del Medio Ambiente,
para ayudar a sentir
que hemos de sobrevivir,
esperando que la gente,
sea de una vez consciente,
que consumir con exceso,
puede avivar un proceso
de salvaje deterioro.
Hay que cuidar el tesoro,
evitando otro receso.
Algo de pedagogía,
que despierte la conciencia,
la verdad y la consciencia
de que toda la energía,
debe cuidarse a porfía,
pensando que otro futuro
requiere un mundo maduro
donde poder respirar,
pueda y deba mejorar
para vivir más seguro.
Pues llegará algún momento,
si no se prevé y enmienda,
de salvaje cual tremenda
batalla contra el lamento,
la ruina y el descontento,
impotencia y desconsuelo.
Si prendes fuego en el suelo
puedes arruinar la tierra
desterrar como destierra
el fuego que torna en duelo.



Fernando Lobo


 

Luis Eduardo Aute

 

Rafa Mora

 SEGUIR EL VUELO

Ocupando su todo,
recibe la madrugada esta vida nuestra.
Este sentir distinto.
Este ajustarse a otros modos.
Ha temblado la luz que hiberna en nuestros días.
Ha besado la boca esta ausencia de luna.
Ha esperado el candil,
ese que no se apaga,
las lentas madrugadas que esculpen cada sueño.
Llegaré a ti,
con este espejo donde el reflejo eres tú.
En los ojos brillantes
que deshacen la lluvia para regar desiertos.
En la inhóspita vereda de este azul tan nuestro,
de este tiempo inerte.
Conocerás mi alma
porque es tuya, gemela.
Y este sendero helado
será camino
y resuello.
Ven.
Sigamos el vuelo.
Porque en mitad de la nada,
siempre hay refugio,
y ventanas de luz.
Así es la vida,
esta que nos falta.



Pat Metheny


 

Silvina Moreno & Kevin Johansen

 

Carlos Salem

 Queridos vecinos, compatriotras de escalera.

Colegas de fachada
(y lo digo sin segundas):
Reconoceréis que desde que ella se marchó,
ha descendido en el edificio
lo que llamábais
contaminación acústica
pero era pura música.
Bromeaba cuando dije
en mi descargo
que era una famosa cantante de ópera
y ensayaba sin cesar
el final de Rigolletto.
(Lo suyo ha sido
y será siempre de Halelujah).
Que disfrutéis,
censores de alquiler,
de este silencio asexuado
y pueril,
de esta cívica paz
de cementerio.
que al fin habéis logrado conseguir.
Solo escucho crujidos
de escalera,
estridencias programadas
de la tele,
canciones que ya no me dicen nada.
Y esta ausencia de ópera
en mi cama.
Ahora que ella no viene,
nada llega.



Diego Ojeda


 

Tute

 


sábado, agosto 30, 2025

Haydée Milanés & Pablo Milanés

 

Ramón Serrano

 LA RAZON DE BORGES

In Memoriam
Todo se olvida
aquí todo es efímero
no cabe el tiempo
en esta burbuja de oxígeno
decimos eterno para dibujar el vacío
el tiempo en la nada
es la sombra de la noche
la híbrida semilla de un agujero innenso
trinan los pájaros de la madrugada
en el cementerio
suenan las campanas del Ángelus
en el infierno
la mar está en el cielo y es oscuro el verso
no nacemos ni morimos
somos indestructible energía sin conciencia
somos luz
y algo más muy incierto
sin reglas seguras
con el temblor de estar y no estar
vivos o muertos
felices de no sabernos
el gran invento del dios espacio
que dividimos y ordenamos
oara que se desordene
y no quede recuerdo
no corren los relojes en el olvido
si acaso la estática indiferencia
de un Universo que no sabe
si ha sido y será siempre
diríamos que es el no tiempo.



Silvio Rodríguez

 " Y como pasa el tiempo , que de pronto son años "... 



Luis Quintana


 

La Trova Rosarina

 

Juanlu Mora

 



Fernando Montalbano


 

Efecto Mariposa & Coti

 

Joaquín Pérez Azaústre

 Querer a García Lorca

Tengo la sensación con García Lorca de que cada verano muere y nace de nuevo. Alguna vez lo he escrito. Cada madrugada del 18 de agosto Federico García Lorca vuelve a andar en un amanecer con sabor metálico en el aire. Seguramente tiene que ver con una querencia más sentimental que lírica, porque cuando la poesía y la figura de un autor son tan decisivas en tu propia vivencia, ya sientes que lo quieres, que su vida es parte de la tuya. La sensación no es única: me ocurre lo mismo con Manuel y Antonio Machado, con Francis Scott Fitzgerald, con Manolete y Hemingway. Has leído tanto de ellos o sobre ellos, has escrito tanto sobre ellos a través de novelas y de artículos, te han acompañado tanto, siempre muy fielmente y en edades diversas, por caídas profundas y en algunos momentos rutilantes, que ya son tus amigos y los quieres. Con Robert Redford me pasa lo mismo, tras haber pasado varios meses revisando sus películas, las protagonizadas, las dirigidas y las producidas por él, más o menos sobre 2012, antes de escribir mi libro de poesía Vida y leyenda del jinete eléctrico. Por cierto: aunque siendo creadores pueden tener en común otros asuntos, como la percepción de la injusticia, el abuso consciente del derecho y una posición comprometida del arte que jamás deja atrás su idea de la excelencia, con una valentía exigente y vital por delante, en ese libro relaciono a Redford con Lorca por otra coincidencia: la madrugada del 18 de agosto de 1936, mientras el poeta es asesinado en Víznar, nace el cineasta en la casa paterna, bajo las colinas de Hollywood.

Estos nombres me han acompañado y me acompañan, forman parte de mí. Aunque también hay otras gradaciones varias, con los que nombro han sido muchas las horas de vida compartida. Pero desde Lorca, amigo, siempre es todo distinto. La gente nace y muere y Lorca era también un hombre que podía nacer y morir: sin embargo, yo lo veo salir cada mes de agosto por su propio horizonte en la poesía del mundo que pudo haber sido, que murió con él, pero que cada mes de agosto vuelve a nacer con él. Con Lorca la impresión es más de un sol que siempre ves alzarse entre las rocas, sobre ese mar cobalto del lenguaje de una hoguera interior que todavía calienta y nos alumbra. ¿Escribimos por Lorca? Seguramente no: pero sí determina ese acelerador con llamaradas de la vocación.

Por eso quiero mucho a García Lorca y me duele su muerte, como la del poeta José María Hinojosa, autor de un libro maravilloso, La flor de California, tiroteado por los milicianos junto con Luis Altolaguirre, el hermano de otro gran poeta, Manuel. Todos los gigantes volverán si los invocamos con fuerza y con amor. Viva Lorca siempre, vive Lorca al fin. Nota aquí.



Frank Delgado


 

El Roto

 

viernes, agosto 29, 2025

El Plan de la Mariposa

 

Félix Maraña

 Ternura: la esencia y la herencia

Valentin tiene una herencia
que se explica por sí misma,
tiene ingenio, amor, carisma,
valores que son la esencia
que se añade a la experiencia,
la cultura humana entera.
Tiene nietos, primavera,
sabe escribir y su humor
nos remueve con primor.
¿Para qué quiere loquera?





Luis Quintana


 

Daniel Cros & Paris Joel

 

Carlos Salem

 La mano es una araña

con patas de caramelo.
Un árbol libre de raíces.
Un pulpo incompleto.
La mano es un país poblado de recuerdos.
En vano intenta aprender
el arte del olvido.
Existe solo porque ha rozado y quizás roce
el principio que hay
al final de un horizonte.
Lo que la mano toca
se lo queda y te devuelve
el papel de regalo
que protegía su piel
o la encerraba.
Mi mano se escapa cuando duermo,
a tejer con otras manos cierto guante,
un tacto de algodonosos simulacros
que acaricie de verdad
cada mentira.
La mano
es un pentagrama
y el cuerpo un piano.
Lo que escribe en el aire
se borra al pronunciarlo.



Javier Ruibal


 

Diego Frenkel

 

Pedro Andreu

 LETRA A LETRA

Perdona si mi voz no es la que era,
si en mi cuarto hay ese olor
a plácida violencia tras el llanto, si tengo canas
y por fin me asalta la resaca tras la fiesta
con su cuchillo hiriente y melancólico,
si aún llega fin de mes a noche trece,
si la ducha sigue estropeada,
si no he ganado nunca el Jaime Gil de Biedma
ni aprendí a bailar tangos ni manejo
automóviles caros como la madrugada...
Perdóname también si no me corto un pelo
ni trabajo ni duermo ni dejo de llamarte
ni sé pedir perdón como dios manda
sin reírme en la madre que parió a este planeta.
Perdona —conejito de miel, hembra de otros,
bichito de la luz en mi pasado,
memoria ardida en cueros, perfume
de corazón burdel—, tantas palabras putas
que te dije.
Perdóname... si me voy olvidando de tu cara,
si dibujé tu nombre en nuestro patio
con un palo y oriné sobre él
hasta borrarte el alma, letra a letra.



Marwán


 

Tute


 

jueves, agosto 28, 2025

Rodolfo Serrano

 El pueblo

Es un pueblo de avispas y de hastío.
Pega el sol como el golpe de un dios malo.
Y un viento seco y duro, por las calles
desiertas del verano, nos abrasa,
levanta en remolinos la calor.
En la esquina de sombra un par de viejos,
tan viejos como yo -como yo mismo
cansados y dolientes- me saludan:
“Al avío”. Quedan luego murmurando.
Yo, forastero extraño en tierra extraña.
No hay nadie por la plaza. Ni siquiera
un perro que dormite bajo un árbol.
Más allá, por el monte, secarrales
de piedras y matojos, las encinas,
adustas, besan ya los cielos altos.
Es un pueblo perdido y yo, perdido.
La mañana se viste de añoranza.
Un pájaro, muy lejos. Un silencio
que hiere los sentidos. Esta noche
rezaré a las estrellas. Y a tu lado.
La foto es de Raul Cancio.



Luis Quintana


 

Javier Bergia

 

Ramón Serrano

 PLAZA MAYOR

Qué dioses habrán bendecido
aquellos instantes alados
de una mirada furtiva
en rueda de carro apoyada
cuál habrá sido el camino
sinuoso y empedrado
de una plaza mayor
que siempre regresa del pasado
decidme oOh dioses perdidos
de un Olimpo olvidado
por qué aquellos ojos negros
permanecen en mi hipotálamo
furtiva pero profunda
aquella brillante mirada
clavó ardientes sus garras
en mis carnes sosegadas
desde entonces en mi mente
la herida profunda sangra
no puedo olvidar el gozo
de sufrir tamaño entusiasmo
el Amor alzó su vuelo
y quedó en el aire clavado.



Rafa Pons


 

Leandro Meneses

 

Luis Miguel Malo Macaya

 A Pedro Andreu. (In memoriam)

¿Es porque ha muerto alguien al que apenas
tú conocías por quien lloras?
¿Sabes su nombre? ¿cuántos libros
de poemas tienes suyos? Leo
con avidez a Pedro Andreu.
¿Por qué ya nadie fuma Winston?
Aquí reviven sus poemas
mientras estoy fumando a solas
un cigarrillo de Marlboro.
En las volutas de este humo
sufro también mientras lo leo.




Juanlu Mora

 


Ismael Serrano

 

Javier Ruibal

 


Raúl Barboza

 Murió Raúl Barboza, el acordeonista que no reconocía fronteras

Notable compositor e intérprete, era hijo de correntinos, nació en Buenos Aires, obtuvo reconocimiento en París y enriqueció con su obra la tradición chamamecera.

Tal como le pasó a muchos otros, Raúl Barboza tuvo que destacarse en París para que lo reconocieran en Buenos Aires. Pero ese doble espaldarazo de prestigio no fue suficiente para que lo admitieran en el panteón correntino, más exigente con la presunta pureza de su chamamé. Barboza llevaba con dignidad el reconocimiento crítico y la indiferencia popular que despertaba su arte. Era, más allá de reticencias y fundamentalismos ajenos, un embajador itinerante de la música litoraleña y en cada viaje, en cada disco, en cada show, desperdigaba jirones de su inmensa cultura ancestral. Se murió ayer, a los 87 años, en el Barrio Latino de París donde vivía desde la década del 80. 

Barboza transmitía a través de su música un saber que lo excedía. Las notas que salían de su acordeón trasladaban su olor a tierra a composiciones sofisticadas, que se nutrían de las más diversas tradiciones musicales. Lo suyo era un chamamé cosmopolita pero no desarraigado: expresaba modernidad sin despojarse de la nostalgia. 

El origen y las circunstancias fueron moldeando al hombre y su música. Nació en Buenos Aires pero hijo de migrantes que habían llegado de Curuzú Cuatiá. De chico soñaba con ser bandoneonista, pero se conformó con el acordeón, más precisamente, la "verdulera", porque era más barato. Cuando le exprimió todos los sonidos posibles a ese primer instrumento le consiguieron un acordeón cromático y ya no hubo vuelta atrás. 

Mejor dicho, a partir de entonces Barboza estuvo toda su vida yendo y viniendo. Integró diversos grupos durante su juventud, acompañó a otros artistas por el mundo y llegó a participar de la primera version de la Misa Criolla de Ariel Ramírez, pero su estilo como intérprete y compositor no era convocante en los innumerables bailes de la comunidad correntina en Buenos Aires y el Conurbano. Prefirió trabajar como taxista antes que resignar creatividad para adaptarse al mercado musical. 

Un viaje a Francia cuando ya tenía 50 años cambió su destino. Allá pasó hambre al principio y tocó en trenes, en plazas y en el metro, pero Astor Piazzolla, que algo sabía de músicos incomprendidos, lo llevó al mítico Trottoirs de Buenos Aires. Debió imponerse a una doble paradoja, ante un público sensible a las etiquetas: era argentino pero no tocaba tango. No era francés y ejecutaba el acordeón. Los franceses, ignorantes del desprecio clasista que sufría el género en Buenos Aires, adoptaron el chamamé de Barboza como lo que era, sin vueltas ni prejuicios: una música exquisita, mestiza y absorbente.    

Un nuevo mundo se le abrió, siempre más cerca del prestigio que del éxito económico. Peter Gabriel lo convocó para participar de dos festivales Womad. Tocó al lado de Cesaria Evora, BB King y Paco de Lucía, entre muchos otros. Lo premiaron. Llegaron entonces las invitaciones para presentarse nuevamente en la Argentina, que aceptó con humildad y sin rencores. Cierto snobismo porteño favoreció que aquí se lo recibiera -ahora sí- con los brazos abiertos. Había triunfado en Francia. Le dieron el Konex. Todos querían tocar con él. Nota aquí.



Idígoras y Pachi


 

miércoles, agosto 27, 2025

Rafa Mora

 SEGUIR EL VUELO

Ocupando su todo,
recibe la madrugada esta vida nuestra.
Este sentir distinto.
Este ajustarse a otros modos.
Ha temblado la luz que hiberna en nuestros días.
Ha besado la boca esta ausencia de luna.
Ha esperado el candil,
ese que no se apaga,
las lentas madrugadas que esculpen cada sueño.
Llegaré a ti,
con este espejo donde el reflejo eres tú.
En los ojos brillantes
que deshacen la lluvia para regar desiertos.
En la inhóspita vereda de este azul tan nuestro,
de este tiempo inerte.
Conocerás mi alma
porque es tuya, gemela.
Y este sendero helado
será camino
y resuello.
Ven.
Sigamos el vuelo.
Porque en mitad de la nada,
siempre hay refugio,
y ventanas de luz.
Así es la vida,
esta que nos falta.



Alfredo Casero & Fabio Alberti


 

Liuba María Hevia


Ramón Serrano

 CANCION DE LA SOLEDAD QUE ACOMPAÑA

Cuando llega la soledad
me entretengo dibujando
los errores cometidos
los que he rectificado
cuando la soledad viene
me refugio en el Parnaso
para ver cómo recitan
un pato
dos patos
tres patos
cuando la soledad se va
pongo rumbo al Paraíso
el viaje ha terminado
Itaka es mi gran fracaso
cuando la soledad vuelve
en la mar de hunde el Ocaso
y el olvido está que trina
los recuerdos están callados
los silencios de la noche
sueñan espejos dorados
cuando la soledad me acompaña
el páramo se puebla de bardos
cuando llega la soledad
paso las horas contando
las ilusiones perdidas
las tristezas encontradas
cuando la luna se asoma
por la ventana de casa
sueño que viene a buscarme
para bailar en la playa
venid flores de mi jardín
esta noche la mar canta
una Pirekua de amor
que brilla en la lontananza