HUELGA DE POEMAS
Ya me quedan más preguntas
que respuestas
y esta pereza mental
de antebrazo,
de antepenúltimo tren
de los de antes,
más humo que ruido
y menos velocidades
que paisajes.
Las palabras se me vuelan
o se me caen,
hojas de un potus
de plástico
que pacientes operarios
con temporales contratos
pegan con paciencia
y pegamento homologado.
Y el poema abre el pico
en desmesura, pichon famelico,
barriguita se globo,
ego insaciable que demanda
lombrices de fonemas.
Intento y no me sale,
ser un pajaro madre,
proveedor de proteínas
y metáforas,
almacén de verbos nutritivos.
Pero apenas tengo girasoles
de palabras,
tréboles de cinco letras,
semillas de la nada.
Soy a la vez el jardin abandonado
y el jardinero que lo observa,
desde la ventana del bar
mar cercano,
mientras desea mujeres ajenas,
que son todas,
y ya que no se decide a trabajar,
mira al cielo y ruega,
sin creer en Dios alguno,
que llueva.
(Llevaba meses,
no pocos ni demasiados, sin escribir poemas.
Me ocupan mudanzas, viajes,novelas,
y la convicción
de que el planeta no necesita de mis versos para seguir rotando,
excéntrico, con paciencia y tedio.
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