El último viaje con bandera pirata del capitán Pino
Amante del mar, César Suárez de Centi trabajó durante toda su vida vinculado al puerto de A Coruña
ésar Suárez de Centi de la Torre trabajó durante 45 años como responsable de Operaciones Portuarias de la Casa Consignataria Dionisio Tejero en el puerto de A Coruña. Lo llamaban Pino, y nosotros, sus nietos, abuelo. Amaba el puerto y su trabajo con pasión. Gracias a su memoria infinita siempre tenía esa anécdota privilegiada de aquella época en la que fue un auténtico lobo de mar o un pirata pata de palo. Como ya nos dijo aquel día, «seguiré navegando con la bandera pirata, seguiré surcando los mares y la bahía de Lorbé, de Sada y Coruña».
Casa Cacharra, en Mántaras (Tapia de Casariego) fue su segundo hogar y encontró allí una segunda familia. Genial como él solo, tenía la virtud innata de contagiar su entusiasmo a cualquiera que tuviera cerca. Cuándo éramos pequeños, cada sábado nos llevaba en un ranchera a hacer castillos de arena a la playa de Lazareto y nos explicó el mar y el arte de vivir.
Tuvo una cabaña de madera con una carpintería: sus martillazos mañaneros fueron el tic tac del reloj de nuestra infancia. Quiso y cuidó con profunda devoción a nuestra abuela Bely. Estuvieron cogidos de la mano durante 75 años y en aquella cabaña fueron felices. Fue valiente. Compartió su vida con sus hijos hasta que tuvo que aprender a sobrellevar la pérdida. Le encantaba salir a tomar el vermú y su tapa de callos por la Calle Alameda. Crónica aquí.
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