domingo, abril 11, 2021

La estación de tren de Bustarviejo

 Un soplo de cultura para revivir las viejas vías

La estación de tren de Bustarviejo, construida por presos republicanos y abandonada hace años, resurge como residencia de creadores gracias al aliento de Alberto Ammann, Rozalén o Gorka Otxoa.

La primera vez que el periodista Miguel Ángel Invarato pisó el municipio de Bustarviejo, a finales de 2019, se preguntó por qué el destino había tardado tanto en descubrirle aquel rincón tan bello, apartado y pedregoso. A sus 63 años, siendo sinceros, este madrileño de Cuatro Caminos domiciliado desde hace décadas en Vallecas apenas había frecuentado la Sierra Norte: alguna visita esporádica a La Cabrera, Miraflores y poco más. Pero en aquella mañana de tiritona, mientras contemplaba la desvencijada estación local de tren, ya intuyó que acababa de tropezarse con una de las geocordenadas más decisivas en su itinerario vital.

Las cosas suceden con frecuencia así, de manera azarosa e inexplicable. También la casualidad quiso que en aquel momento acertase a merodear por las vías, huérfanas de trenes desde hace más de una década, un vecino que paseaba con su perrazo. Sorprendido por la presencia del forastero, no pudo reprimir la curiosidad:

– ¿Cómo usted por aquí?

– Vine a conocer la antigua estación para reconvertirla en centro cultural.

El paseante de la mascota se quedó atónito. Vive no muy lejos, es un fotógrafo de origen barcelonés, responde al nombre de Bernat Armangué y ha trabajado como corresponsal de guerra por medio mundo para la agencia Associated Press. Bernat y Miguel Ángel intercambiaron los teléfonos. Él será uno de los primeros que exponga sus trabajos en la inminente sala de exposiciones de la vieja estación, que ahora ya cuenta hasta con fecha de inauguración. A partir de este próximo 1 de mayo, aquellas paredes que fueran testigo de tránsitos, despedidas o anhelos se transformarán en escenario para el arte y la inspiración. Nota aquí.



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