"El precio de la libertad es la soledad"
A pesar de llevar más de 30 años en la canción de autor, desde un prisma muy alejado de los clichés del género, el músico y compositor de La Isla nunca ha abandonado su otra gran pasión, la psicología: "Son dos mundos que se tocan". Este sábado 13 de noviembre tiene bolo con su banda en El Pelícano de Cádiz
De Pink Floyd a los cantes de Jerez
Creció de niño escuchando a Silvio, Camel, Pink Floyd y Triana. A los 10 años, aporreaba su primera guitarra con acordes flamencos y carnavaleros. A los 12, dejó su San Fernando natal para mudarse con su familia a Madrid, ciudad a la que destinaron en el trabajo a su padre. Allí se compró su primer disco, Volumen brutal, de Barón Rojo, y empezó a tocar, ya entrados los 90, por pequeñas salas junto a esa generación que pasó de los Urquijo a Quique González.
Se convirtió en un clásico en el cartel de la Galileo (catedral de esos artistas para inmensas minorías) y, tras muchos discos, bolos y noche madrileña, se bajó a vivir a Vejer de la Frontera, ciudad hermanada con la población marroquí de la que tomó su apellido artístico, Chefchaouen, la ciudad azul. Hace años que en su casa también suenan viejos cantes jondos de Jerez. Juan Carlos Sánchez Ceballos es el nombre oficial en el DNI del músico y compositor Carlos Chaouen. Un libro recopila desde hace años su ingente cancionero —Canciones, poemas y otros textos…— y es considerado por muchos como ‘artista de artistas’, influencia y correa de transmisión que parte de un alma musical tan ecléctica como libérrima. “La soledad es el precio de la libertad”, dice al otro lado del teléfono, en una conversación con lavozdelsur.es. Actúa este sábado (22.00 horas) en El Pelícano, en Cádiz. Junto a su banda, desgranará sus grandes temas y mucho de su último disco, Refugio, probablemente el reverso más rockero del cantautor.
Presenta su octavo disco, ‘Refugio’, ¿es más necesaria que nunca una guarida para protegerse del exterior?
No sé si ahora más que nunca, por los tiempos sociales que corren, pero estas cosas coinciden con los periodos individuales, como fue mi caso. El disco salió en febrero de 2020 y en marzo vino toda la locura de la pandemia, así que eso también le ha hecho replantearse a mucha gente algunas cosas. Es buen momento para empezar a pensar en qué nos refugiamos y cuáles son nuestros refugios auténticos. Nota aquí.
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