martes, julio 15, 2025

Javier Krahe

 

El Eternauta

 El drama familiar, la represión de la dictadura argentina y el delicado legado que esconde ‘El eternauta’

Martín Oesterheld, nieto del guionista del cómic, desaparecido durante la dictadura argentina junto a sus cuatro hijas y a sus tres yernos, ha liderado la adaptación a serie para Netflix de la mítica novela gráfica

En la clandestinidad, desde cabinas de teléfono, a sus 58 años, el guionista Héctor Germán Oesterheld, uno de los creadores más famosos de Latinoamérica gracias a, entre otros tebeos, El eternauta, dictó las entregas de El eternauta II para que el dibujante Francisco Solano López fuera avanzando en la obra, antes de ser devorado por el aparato represor de la dictadura argentina el 27 de abril de 1977. Le permitieron despedirse de su nieto mayor, Martín Mórtola Oesterheld, que a sus tres años se convirtió en la última persona de su familia en ver al mito del cómic. “No recuerdo la cara de mis padres, pero sí de haber estado con mi abuelo, de su contacto físico”, explica Oesterheld en Madrid.

La dictadura militar ya había asesinado a las cuatro hijas del guionista, con edades entre los 19 y 25, dos de ellas embarazadas, y a tres de los yernos. Todos eran militantes montoneros. Solo sobrevivieron Elsa Sánchez, exesposa del escritor, que se hizo cargo de Martín, y otro nieto, Fernando, de un año, que se crio con los abuelos paternos. El legado de El eternauta quedó en sus manos, y fallecida Elsa Sánchez en 2015, Martín Oesterheld (51 años) ha cuidado y bregado por la reedición del cómic, después de encontrar las páginas originales y ha logrado que, finalmente, llegara a buen puerto una adaptación audiovisual en forma de serie de Netflix, de la que se ha confirmado habrá segunda temporada.

¿Cómo se maneja un legado así? ¿Cómo se defiende una obra maestra, considerada una de las grandes novelas gráficas del siglo XX y la más influyente en español? “Honrando y entendiendo que tiene muy distintas lecturas”, explica Martín Oesterheld. “Se publicó en entregas desde 1957 hasta 1959 en la revista Hora Cero Semanal, y hablaba de lo que pasaba en aquel momento en Argentina. Pero alcanza otras variantes porque habla de dictaduras, y ese trauma nos llegó a atropellar hasta a nuestra propia familia dos décadas más tarde. O cómo los protas quieren encontrar a sus seres queridos, y eso nos transporta a los desaparecidos... Puedes verlo como una historia de una invasión de extraterrestres, y puedes sumergirte en un mundo más complejo. Además de ser una obra de aventuras y ciencia ficción, llega a estos géneros desde una visión periférica, la nuestra, que rompe con esa idea preconcebida de que las distopías solo pueden darse en Nueva York o Londres. Con el estreno de la serie no te haces una idea de la cantidad de chicos que la están leyendo. Es un clásico en la medida que vos podés seguir reinterpretando su significado, es un clásico transgeneracional”.

Y, a la vez, El eternauta es Oesterheld. “Mi abuelo no solo decidió que los protagonistas fueran argentinos en el gran Buenos Aires; es que la casa del personaje principal, Juan Salvo, era su propia casa en Beccar”, recuerda su nieto. Quienes conozcan el cómic y la serie saben que ha desaparecido el personaje que Oesterheld se había guardado para sí mismo, y que en su interrelación con Juan Salvo da sentido al título. “Por eso en algunas críticas anglosajonas no entienden el porqué de su nombre”, sonríe Martín. “Por suerte, con la recuperación de las páginas originales, en manos de un coleccionista italiano, pudimos por fin editarla bien en el mercado anglosajón en 2015, y eso nos abrió muchas puertas”.

El libro original, de 350 páginas en blanco y negro, sufrió bastantes cambios y eliminaciones en una reedición de 1961, y esos retoques se fueron reproduciendo desde entonces. En 2011 se imprime una nueva edición con el material original que se quedó un coleccionista en Italia y devuelve el cómic a su esplendor original... excepto 34 páginas que siguen perdidas. Otras dos han aparecido tras el estreno de la serie: las guardaba la viuda de un dibujante “que esperaba a devolvérselas a un Oesterheld”.

Tras una bomba en el garaje de la casa de Beccar, Elsa Sánchez se llevó a la suya todo el material de su expareja. “No hubo un día en especial en que yo decidiera leer El eternauta. Fue un continuo. Yo jugaba con los libros y los apuntes que mi abuela había podido rescatar. Y cuando fui creciendo, mi lugar de juego era aquella habitación del fondo de la casa, donde estaba la memoria de mi abuelo. Era mi punto de contacto con el pasado”.

Oesterheld recuerda cómo se hundió una estantería por puro peso del papel. “Empecé a leer esa pila de libros, y así poco a poco me acerqué a lo íntimo de mi abuelo, a su conocimiento de la literatura inglesa, a su relación con Borges...”, apunta. “En mi historia se tejen lo íntimo, lo privado y lo público. Esos libros caídos son lo privado, lo público es el eco de esta reedición cuidada y de la serie. Y lo íntimo... Cada 24 de marzo [Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en Argentina] mucha gente sale con fotos de sus desaparecidos. Yo siento eso como más íntimo”. Obviamente, también ha visto la publicidad de la serie a la que le han pegado fotos de su abuelo, sus tías y su madre. “Mi abuela formó parte de las Abuelas de la Plaza de Mayo y buscó a esos nietos que podrían haber nacido, si existen, si nacieron... Yo no quiero dar mucha madeja al tema, pero para mi abuela fue un motor vital. Era un roble, muy celta, porque sus padres eran de Pontevedra. Soportó todo ese dolor y además me cuidó con cariño”. De los desaparecidos de la familia, solo recuperaron el cadáver de la menor, Beatriz. Nota aquí.







Teresa Parodi

 

Félix Maraña

 Valentín tiene una prima

Valentin tiene una prima,
en su pueblo, Santa Inés,
donde se cura el estrés,
donde Teresa nos mima.
Donde sube la autoestima,
se bebe vino y hornazo
se come, donde el regazo
de la santa salmantina
ha creado una cantina
para cantar. Os abrazo.
Santa Inés tiene coral
de mujeres con memoria
que al cantar hacen historia
y te elevan la moral.
Y ese fervor cultural
recoge la voz del tiempo
y es patrimonio y acento
de Salamanca en el mundo.
Creo que no me confundo.
Lo digo como lo siento.
Mas lo que ahora lamento
y me pesa como losa
es no estar, causa forzosa,
en ese acto, momento
que algunos llaman "evento"
sin mi autorización.
Oigo de aquí la canción
de Santa Inés en concierto
y permanezco despierto.
Y me tiembla el corazón.
Veo que en el escenario
de la fiesta principal
está también un chaval,
Javier Rodríguez del Barrio,
autor de un poemario
cuyo título no acuerdo,
joven razonado y cuerdo,
siempre dispuesto al abrazo.
Come una ración de hornazo.
Te dejará buen recuerdo.



Mr. Kilombo


 

Silvina Moreno

 

Marta Espinosa

 A JAVIER KRAHE:

Ya son diez años, Javier,
sin tu más profundo ingenio,
sin el humor primigenio
que daba forma a tu ser.
Hoy, como si fuera ayer,
nos llega el burdo rumor
de si es mayor o menor
esa herencia de Marieta
o si seguiste, como asceta,
los caminos del Señor.
Ya son diez años, Javier,
y en la memoria aún conservo
cómo vi volar al cuervo
que canta al amanecer.
Gracias por tu buen hacer,
por dejarnos lleno el plato,
por el gamberro retrato
que sembraste en la canción.
Yo casi, por devoción,
le rezo a San Cucufato.



Julieta Diaz & Diego Presa


 

El Canijo de Jerez

 

Rafa Mora

 ACASO, AMOR

¿Es amor, acaso, la luz que abraza al frío?
¿La noche que destila escarcha sobre la tierra fértil?
¿El llanto del mundo al cobijo de la pena?
¿Es acaso, amor, la gota abrazada a la lluvia?
¿El sueño que espera futuro?
¿El dios que destierra su obra?
¿Es amor, acaso, la enredadera que al muro aprisiona?
¿La espera que agota el tiempo?
¿El dolor que el silencio habita?
¿Y es acaso, amor, esta mirada ausente que vacila indecisa ante el abismo?



Maximilian Riedel

 “No hay semana que no me pregunten desde España si vamos a diseñar un porrón”

El CEO de la mítica cristalería austriaca Riedel pasó por Barcelona para demostrar que el recipiente importa, y mucho. Con más de 1500 referencias en catálogo, defendió ante profesionales y aficionados por qué cada variedad necesita su copa.

No son una bodega, ni tienen viñedos, pero pocas sagas familiares más ligadas al mundo del vino que los Riedel. Esta mítica cristalería austriaca lleva en marcha más de 250 años y sus copas son sinónimo de excelencia en la sala de los restaurantes o en casa de los apasionados por el vino. Con un catálogo de más de 1500 referencias, sus copas específicas para cada variedad de uva son algo único en el mercado y Maximilian Riedel, actual CEO de la compañía, ha pasado por Barcelona para explicar cómo y por qué una copa puede cambiar totalmente la percepción de un vino. Para bien o para mal.

Subido a un pequeño escenario y ante 200 personas en dos sesiones organizadas en el hotel Majestic de Barcelona, Riedel no tarda en ganarse al público. Domina bien los tiempos, el mensaje y, como un elegante vendedor, no tarda en convencer a quienes se sientan allí. Y eso que seguramente hay muchos escépticos con su idea de que, por ejemplo, una copa para riesling es terrible para un buen chardonnay, mientras una específica para esta variedad hará que brille especialmente. Pese a las lógicas dudas iniciales, la mayoría salen -salimos- convertidos en creyentes.

¿Cómo funciona? “La única forma de explicarlo es probarlo”, nos cuenta unos minutos antes de empezar el seminario. “Para comprobarlo, los vinos pueden ser de cualquier lugar, pero tienen que ser monovarietales”, detalla.

Escépticos y creyentes

“Vais a oler un vino en tres o cuatro copas diferentes y os va a sorprender la diferencia. Y también el sabor. Es así como uno se hace creyente. Puedo cambiar la percepción de un vino. No cambiamos el líquido, es el mismo vino y la misma temperatura, es sólo la copa”, explica con pasión. Y eso es justo lo que hace ya en el escenario, con una convicción que despeja cualquier duda.

Una cata guiada siempre está algo condicionada por quien marca la pauta y detecta aroma de frutas de verano o de heno o de lo que sea. Pero lo cierto es que los vinos que se sirven – “todos franceses, para no enfadar a ningún productor español por haberse quedado fuera”, matiza- cambian según la copa utilizada. Son vinos excelentes, botellas de entre 50 y 100 euros en tienda, pero algunas copas los apagan, mientras que otras los hacen espléndidos.

Es una cuestión de altura de la copa, de apertura superior, de forma… El proceso de desarrollo de estas copas varietales comienza comprobando si alguno de los diseños ya existentes funciona con otra uva. Si es así, no hace falta un nuevo desarrollo, sino, hay que crear una nueva. “Y esa es una gran noticia”, bromea, como el gran vendedor que es.

¿Un buen vino es peor en una mala copa? “Es mucho más grave, una copa puede destruir un vino”, alerta. “Te puedo servir un Pingus en una cata a ciegas en una mala copa y me dirías que no es bueno. Cuando un vino no gusta se culpa al propio vino, a la añada, la conservación, la temperatura de servicio… pero nunca se señala a las copas, cuando pueden ser la causa”.

En busca de la copa perfecta

Más allá de la lógica curiosidad que despierta esta cata de copas, Maximilian Riedel sabe que gran parte de su público son profesionales de la hostelería. Y que de lo que se trata es también de vender más vino, algo en lo que insiste a la hora de demostrar las virtudes de su cristalería y recordar que invitan a pedir otra copa.

O también otra botella, asegura mientras muestra uno de sus decantadores y anima a los sumilleres a probar la “shock decantation”, un sistema que oxigena mucho el vino y que, en su opinión, puede ayudar a los vinos tintos jóvenes que suelen consumirse en España. Nota aquí.






Lapeband


 

Diego Savoretti

 

Martín Caparrós

 Las múltiples caras de Martín Caparrós: el escritor, el historiador, el cronista, el viajero

Desde Buenos Aires, cinco escritores y periodistas analizan el alcance de la obra y la figura del autor argentino.

“Tu ciudad es el lugar donde nada o casi nada te puede resultar indiferente. Es, por supuesto, imposible ‘entender’ una ciudad. Pero cuando esa ciudad es la tuya la impotencia se hace más notoria, más múltiple”. A Buenos Aires Martín Caparrós le dedicó esas —y muchas otras— palabras, muchas horas, afanes y desconciertos de su vida. Y recíprocamente, el escritor, historiador y periodista tampoco le resultó indiferente a su ”innegable ciudad”, como la definió estos días. Ya en 2017 lo había declarado ciudadano ilustre y durante la última semana recibió su visita con reconocimientos que incluyeron la distinción como doctor honoris causa de la Universidad de Buenos Aires y un homenaje a sala llena en el Teatro Alvear, rodeado por amigos, familiares y colegas que hicieron una lectura coral de sus memorias, Antes que nada. En las siguientes líneas, los escritores y periodistas Jorge Fernández Díaz, Cristian Alarcón, Paula Pérez Alonso, Daniel Guebel y Cecilia González reflexionan, desde Buenos Aires, desde la admiración o la amistad, sobre la obra del columnista de este diario y su huella en el campo de la literatura y el periodismo.

Jorge Fernández Díaz: en la vanguardia literaria

De niño, yo quería ser detective; Martín Caparrós, en cambio, quería ser viajero. Yo venía de ver el cine negro clásico; Mopi había visto decenas de veces La vuelta al mundo en 80 días. Yo apenas llegué a reportero de sucesos en el sur del mundo, pero él cumplió con creces su propósito primigenio: viajó muchas veces por la Argentina y, sobre todo, por las zonas más recónditas del planeta, y capturó en páginas decisivas —El interior, El hambre, Ñamérica, Una luna— las desigualdades, los dolores, las alegrías y las perplejidades del presente. Y hasta padeció, por el camino, la enfermedad más legendaria y prestigiosa de todo explorador: la malaria, que contrajo en el norte de Uganda. De regreso de tantas aventuras, comíamos un revuelto gramajo en el desaparecido restaurante Hermann, frente al Jardín Botánico de la ciudad de Buenos Aires, donde alternábamos chismes, confidencias y disidencias. Caparrós viajaba para estar solo, y acaso sin la conciencia plena de que se estaba convirtiendo en el Kapuściński latinoamericano. Luego lo venció del todo la pereza de un país repetitivo, agrietado e ingrato, y un día se fue, pero para no volver: construyó entonces su hogar definitivo en España.

Políglota, historiador, ensayista, poeta, cocinero y articulista de opinión, formó parte de la vanguardia literaria, escribió novelas premiadas, hizo literatura oral en la radio nocturna, fue corresponsal en Nueva York, trabajó para Naciones Unidas, dirigió suplementos culturales e inventó diarios, y elevó la crónica a gran obra de arte: Larga distancia, Dios mío, Amor y anarquía y La guerra moderna son muestras de su gran maestría; también La voluntad, aquella faena titánica que encaró para narrar la tragedia de una generación revolucionaria a la que había pertenecido. En España hizo muchas cosas, pero dos al menos resultan paradójicas: se abocó en su casa de Torrelodones a figuras intelectuales de su vieja patria como Sarmiento, Alberdi, Echeverría y Hernández. Y después de devorar en pocas semanas historias cortas de Andrea Camilleri, se atrevió a incursionar también en la novela policíaca, con los “tanguitos de Rivarola”, original saga de seis entregas que se vendió directamente en los kioscos. Su desempeño como maestro de periodistas es crucial: los talleres de Caparrós mantuvieron viva la llama de Gabriel García Márquez en la Fundación Gabo. Lleva vividas cien vidas, y tiene la mochila personal llena de ideas y recuerdos y experiencias. Nos sigue sorprendiendo con géneros nuevos y con relatos inolvidables. La vuelta al mundo no termina. Nota aquí.




César de Centi


 

Riki Blanco


 

lunes, julio 14, 2025

Iñaki Auzmendi

 Iñaki nos cuenta por Facebook.

Compartiendo con amigos, música y verso. Besos y abrazos. Feliz en el concierto del pasado sábado en Libertad 8. Gracias a todos.




Luis Pastor


 

Javier López de Guereña

 

Joaquín Lera

 LAMIENDO ALGAS Y ARENAS

Dulce hogar el del aire.
El del musgo en la aldea.
El de las setas del bosque
bailando con la niebla.
Amargo el del hambre
con burbujas que tiemblan.
El de las cacerolas pobres
mordiéndose las huellas.
Nada es comparable
a la cuchara quieta.
Al vientre de la noche
aullando a las estrellas.
Tristes sogas de alambre.
Negra ceniza que humea.
El caos solo trae desorden,
desprecio; lluvia de esquelas.
Llora el sol en los estambres
con su infinita belleza.
Sonámbula la luna responde
con sábanas blancas y estelas.
Este cruel cruce de cables,
terror, sinrazón e impotencia,
ha enloquecido a los zombis
que gobiernan el planeta.
Maldito ruido de tanques,
misiles, bombas, metralletas.
Solo la paz ennoblece al hombre,
todo lo demás desconsuela.
¡Si la ternura inundara las calles!
¡Si el corazón por amor latiera!
¡Si dejáramos de cometer errores,
sonreirían las flores y las velas!
¡Si el insomnio tuviera el detalle
de quitarnos del alma las penas,
enamoraríamos a los balcones;
iluminaríamos a las luciérnagas!
Dulce hogar el de los mares
con sus islas, delfines y ballenas.
Bendita la infancia que corre
sin miedo lamiendo algas y arenas.



Luis Salinas


 

Maggie Cullen

 

Santiego Motorizado

 El primer disco solista de Santiago Motorizado y los 20 años de Él Mató

En un paso que parecía demorado en su irrepetible carrera, el "Chango" sacó su primer álbum a sola firma: once canciones melodramáticas con claroscuros poéticos, rock alternativo, indie pop y fogón.

Santiago Motorizado sigue construyendo una carrera tan inusual como irrepetible. Y en un paso casi natural en su (no tan natural) recorrido de intérprete vocal único, en su salto desde el indie y la categoría de "artista de culto" hacia casi cualquier lugar imaginable, de hacer música para el regreso de Okupas a versionar a Cristian Castro, el platense ahora aprovechó la ola polar para estrenar El retorno, su primer disco solista.

Hace tiempo que nos acostumbramos a las distintas composiciones "solistas" de Santiago para bandas sonoras de cine y TV ("Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro"; "La muerte no existe y el amor tampoco"), pero era hora del hito del álbum propio.

El retorno fue grabado entre 2021 y 2024, y resulta un viaje de aspereza, suavidad y extraña fijación melodramática. Además, viene con la promesa visual de que cada una de sus once canciones termine estando acompañada de su propio videoclip, y ya tiene fecha para su presentación: será el 4/9 en el Teatro Gran Rex, con entradas ya a la venta.

El primer álbum solista del cantante coincide además con otro momento especial: los 20 años de su banda insignia, Él mató a un policía motorizado, que precisamente a modo de celebración por la doble década publicó recientemente su disco en directo 20 aniversario en vivo, que captura versiones de canciones como "Rock espacial", "Doctora muerte", "Guitarra comunista" o "Terrorismo en la Copa del Mundo", en feat. con Nina Suárez. Nota aquí.



Kike Ruiz


 

Mocchi & María Ruiz

 

Ramón Serrano

 G A Z A

Un instante
todo sucedió en un instante
no necesitó más
en el momento de la historia
preciso momento de la distancia
a lo largo del parque
como una bola de fuego despeñándose
como un relámpago rasgando la noche amplia
como una estampida de sombras llena de polvo y miedo
o un tornado enloquecido en busca de los tejados de las altas casas
pasó y no dejó otro rastro que el terreno baldío
escombros de muerte estéril
amontonados los gritos del miedo
y torrentes de rabia.
así fue aquella guerra sin batallas
llenando de sábanas blancas
el verde valle de aquella infancia
miles y miles de cuerpos amontonados en el páramo
donde antes llamaban Gaza.



Juanlu Mora


 

Tute

 


domingo, julio 13, 2025

Marta Gómez & Pedro Pastor

La Fuerza Vermut

 Argentina y la nueva era del vermut

El vermut argentino dejó de ser un recuerdo de abuelos para convertirse en un símbolo contemporáneo de encuentro. Martín Auzmendi, cofundador de La Fuerza Vermut, explica cómo esta bebida histórica se volvió tendencia.

El vermut argentino dejó de ser un recuerdo de abuelos para convertirse en un símbolo contemporáneo de encuentro. Esta bebida de vino y botánicos está experimentando un renacimiento en la escena global. Lejos de ser un vestigio del pasado, se consolidó como aperitivo moderno y versátil, con un crecimiento constante en producción y consumo en diversas latitudes. En esta entrevista, Martín Auzmendi, socio fundador de La Fuerza Vermut, explora cómo esta bebida histórica se transformó en una tendencia sólida.

En pleno auge de la frase de El Eternauta “Lo viejo funciona, Juan”, podemos decir que aquel vermut a las siete de la tarde asociado a la mesa del bar de los años 60, hoy funciona más que nunca. El vermut argentino es de esos mares que suben y bajan pero nunca se retiran del todo. Uno de los ideólogos de esa reinvención es Martín Auzmendi, socio fundador, junto a Julián Díaz, Sebastián Zuccardi y Agustín Camps, de La Fuerza, proyecto que desde hace casi ocho años empuja el vermut local a una nueva dimensión.

“El consumo creció y no sólo en volumen», dice Martín. «Se sumó gente nueva, desde los que dejaban la cerveza o el gin, hasta los que lo tomaban en su juventud y hoy lo redescubren. El vermut es una tendencia, no una moda. Y eso cambia todo”.

Detrás de ese crecimiento hay una base concreta: productos que no se limitan a replicar fórmulas, sino que exploran el sabor del lugar. La Fuerza nació con esa idea. Y lo sigue haciendo con vinos orgánicos, hierbas locales, barricas recicladas y una filosofía de elaboración que privilegia lo real frente a lo artificial. “Usamos vinos que nos gustan, sin madera, varietales que expresan fruta. Nada que no quisiéramos tomar nosotros. Y lo mismo con las hierbas: muchas son silvestres y las recolectamos nosotros mismos”, cuenta Martín.

La escena se expande

En el país hay decenas de proyectos, desde Rosario hasta Cuyo, desde Buenos Aires hasta el norte. “Lo más interesante —dice Martín— es que hay productos genuinos naciendo en todas partes. Y que el vermut puede ser tan diverso como lo permiten las hierbas, los vinos y la curiosidad de quienes lo hacen”.

Esa diversidad es también una libertad. Hoy no hay una forma única de hacer vermut, ni una receta hegemónica. Hay quienes lo piensan seco, oxidado, dulzón, amargo, filtrado o turbio. Y quizás este sea el dato más relevante de esta foto actual. Hay vermuts que nacen de naranjos o de hojas de olivo, miles de estilos nuevos y una comunidad de productores latinoamericanos que ya empieza a pensarse en red. En 2024, se realizó el primer Encuentro Vermutero Latinoamericano. Llegaron productores de Chile, Bolivia, México, Perú, Brasil, Uruguay. Todos con proyectos jóvenes e identidad propia. Una señal de que algo más grande está ocurriendo. Nota aquí.



Rozalén


 

Liuba María Hevia

 

Félix Maraña

 Ragazza

Para que muchos la adoren
tuvo que nacer un día,
en la Italia más sombría,
mi amiga Sofía Loren.
Para que otros valoren
su condición de mujer
artista, basta con ver
su cine de blanco y negro
para entonar el allegro
vital con todo su ser.
Y cada vez que se asoma
a las pantallas del mundo
provoca intenso y profundo
sentimiento, la rizoma
de esta ragazza de Roma,
planta que fija armonía,
hace que luzca en Sofía,
femenino singular,
esa manera de andar
que nadie confundiría.
Suyos son esos andares
por el cine y por la vida,
de la mujer convencida
de sus rasgos singulares,
de momentos estelares
que traspasan la pantalla.
Ponti sabe que no falla
y gana su corazón,
lanzándo su proyección,
Sofía enciende y estalla.
Un beso como señuelo
dejaría brecha herida
en la frente recibida
y procurado consuelo
al joven que estuvo lelo
tras recibir de Sofía,
soñando de noche y día
que un susto así puede darte
golpe para espabilarte
y cambiar tu orografía.



Joaquín Sabina


 

Aitor Flamingos

 

Pepe Mujica

 "Su vida fue coherencia y compromiso constante"

El exministro de educación de la Nación volcó en casi 300 páginas las charlas en las que se plasman los claroscuros de la riquísima historia de vida militante del expresidente uruguayo.

-“¿Quién es Pepe?”

-Y él me contesta

-“Un loco que piensa cosas raras”.

Así empieza –tentando a seguir- Mujica por Pepe, el libro sobre el expresidente del Uruguay que Nicolás Trotta produjo y publicó durante la pandemia, y que se reedita y sale a la venta con la edición de Página/12 del domingo 13. Consiste en una serie de charlas sostenidas entre ambos que el exministro de educación de la Nación volcó en casi 300 páginas, en las que se plasman los claroscuros de la riquísima historia de vida militante que José “Pepe” Mujica, reflexivo y entusiasta -pese a la enfermedad que lo acechaba a sus casi 90 años- virtió durante cuatro días de conversaciones sucedidas en su chacra de las afueras de Montevideo. “La reedición del libro es como un homenaje al Pepe y a todo lo que representa”, indica Trotta. “Sus palabras, en este momento y por lo que se está viviendo en la Argentina, son mucho más trascendentes de lo que fueron en la edición inicial del libro. La Argentina, como ningún otro país, tiene un presidente con un discurso de crueldad incomparable con otros presidentes que incluso despliegan sus mismas políticas. Entonces, volver sobre la mirada de Mujica debería permitir ayudar a construir el camino para reimaginarnos y reencontrarnos en el desafío de construir una alternativa a estos discursos que habilitan la crueldad, el odio, el desamparo, y la voluntad de destrucción del Estado para imponer la mercantilización de los derechos”.

El devenir del Pepe que nutre al libro de su esencia consiste en una totalidad cronológica con inicio en la evocación de su infancia y de sus padres –de su madre, fundamentalmente-. Prosigue por sus jóvenes inclinaciones anarquistas, amén de su mirada asertiva tanto del Partido Blanco en el que militaba justamente su madre como del peronismo; la época tupamara; los eternos días en prisión contra todo atisbo de humanidad; los años del Frente Amplio. Y concluye en un repaso de la historia rioplatense en perspectiva, además del imperdible foco filosófico y humanista que brotaba natural, cada vez que el Pepe abría la boca. “Creo que es fundamental poner en valor el testimonio de uno de los referentes más importantes de América latina, que tuvo una vida de novela atravesada por la tragedia, a partir de su prisión en condiciones de violación absoluta de la dignidad humana”, insiste el docente, periodista, abogado y exministro de educación. “Se trata también de poner en valor la mirada crítica que Mujica tenía respecto de esta sociedad individualista y ultraconsumista”.

-¿Cómo fue la trastienda de las charlas que tuviste con él en su chacra de Paso de la Arena?

-Las charlas comenzaban muy temprano en su chacra, donde él vivía junto a Lucía, su mujer. Es una casa muy simple, a la que yo llegaba muy temprano, por la mañana, empezábamos a grabar mientras Lucía partía en ese momento hacia el Congreso, porque era vicepresidenta. Estábamos todo el día con el Pepe. Preparábamos el almuerzo, almorzábamos, conversábamos. Luego, él dormía un rato la siesta, yo me quedaba con el “Turco”, su colaborador más estrecho, y después retomábamos hasta las seis, siete de la tarde. Esas conversaciones que fueron muy ricas. Una de las cosas que recuerdo con más afecto es que él odiaba que digan que vivía de una manera austera, porque decía que austeridad era una palabra usada por los gobiernos para restringir los derechos de los sectores populares. Prefería decir que vivía ligero de equipaje. Y en esa simpleza tenía su felicidad. "Vive como piensas o pensarás como vives", solía decir. Nota aquí.



Zambayonny


 

Cazzu

 

Erno Rubik

 Es uno de los juegos más influyentes de la historia y se convirtió en un objeto de culto: la mente de creador del “cubo mágico”

Nacido el 13 de julio de 1944, Erno Rubik diseñó un rompecabezas para enseñar a sus alumnos geometría. Lo llamó “cubo mágico”. Sin saberlo, había creado un juego con más de 43 trillones de combinaciones y una sola solución.

13 de julio de 1944. En medio de los estallidos de la Segunda Guerra Mundial, nació en Budapest, Hungría, un niño que décadas después revolucionaría el mundo con algo más que un simple juego: un desafío mental, una herramienta de entretenimiento, una puerta al pensamiento lógico y al diseño tridimensional. Ernő Rubik creó un cubo que cabe en la palma de una mano y pone a prueba la mente de millones de personas en todo el mundo.

El Rubik —o Cubo Mágico— es un rompecabezas tan sencillo como desconcertante que, apenas fue concebido en 1974, se convirtió en un ícono de la cultura pop, de la matemática y del ingenio humano. Su objetivo original era funcionar como una herramienta didáctica para ayudar a los estudiantes a comprender conceptos espaciales tridimensionales. Sin embargo, Rubik pronto advirtió su potencial como rompecabezas.

En 1975 patentó el diseño en Hungría y, en 1977, comenzó a comercializarse localmente. Para 1980, el cubo fue licenciado internacionalmente y distribuido por Ideal Toy Corporation, convirtiéndose en un fenómeno global del entretenimiento y la lógica. En su pico de popularidad durante los años 80, se vendieron cientos de millones de unidades.

De joven arquitecto a creador de un enigma

“Si pierdes la curiosidad es una tragedia. En mi opinión, es el fin de tu vida. La curiosidad por lo que sucederá mañana es lo que necesitas para llegar a mañana”, dijo Ernő Rubik durante una entrevista para el programa Aprendemos Juntos de BBVA.

Su historia comienza en una casa donde la creatividad era parte de lo cotidiano: su padre, Ernő Rubik Sr., era un prestigioso ingeniero aeronáutico; su madre, Magdolna Szántó, poeta, licenciada en Literatura y artista. Entre planos de aviones y versos manuscritos, el pequeño Ernő creció alimentado por dos fuerzas que rara vez conviven en armonía: la precisión de la técnica y la libertad de la imaginación. Esa tensión fecunda marcaría su destino profesional, dándole forma a su legado: una carrera entre la arquitectura, el diseño y el asombro.

Esa doble influencia lo llevó primero a estudiar arquitectura en la Universidad Técnica de Budapest y, más adelante, a especializarse en escultura y diseño en la Academia de Artes Aplicadas, donde encontró un espacio fértil para explorar la relación entre la forma y el movimiento. Ya en los años setenta, como docente, Rubik enseñaba diseño tridimensional: un campo donde las ideas debían adquirir volumen y donde las manos, tanto como la mente, eran clave para comprender el espacio. Nota aquí.






Alberto Alcalá


 

David Castro & Clara Alvarado

 

Mario Mactas

 Murió el periodista y escritor Mario Mactas a los 80 años

La noticia la dio TN, señal en donde el periodista tenía su columna “El Toque Mactas”. Estaba internado en la Fundación Favaloro por un cuadro de neumonía. La despedida a un hombre del periodismo y la cultura

El periodismo está de luto por la muerte del periodista y escritor Mario Mactas. TN confirmó la noticia de la muerte de su colaborador, quien desde esa misma pantalla realizaba su columna de opinión “El Toque Mactas”. Estaba internado en la Fundación Favaloro a causa de una neumonía.

“Son esas noticias que uno no quiere dar, que duelen. Es una pena muy grande para el periodismo en general y para esta casa, en particular. Ha muerto el querido Mario Mactas a los 80 años, un hombre de esta casa y de larguísima trayectoria en todo lo que tiene que ver con el periodismo, en la gráfica y en todos los formatos”, anunció Gustavo Tubio, conductor de la señal.

“Era un pensador, un hombre de la cultura, un guionista de cine. Nos duele hasta el alma tener que dar esta noticia”, se lamentó. Guillermo Lobo, también periodista del canal, dio detalles del fallecimiento. “Estamos muy tristes, muy apenados. Mario Mactas, nuestro querido compañero y una persona tan clara, en todo sentido. En lo personal, en lo profesional y en lo periodístico”, señaló.

“Compartíamos en De 10 a 13 un momento exquisito, que era ‘El Toque Mactas’. En más de una oportunidad estaba achacado, pero venía igual porque era su vida. Su pasión”, expresó Lobo sobre la labor del periodista, padre de Mariana Mactas, también figura del mismo canal. Nota aquí.



El Roto


 

sábado, julio 12, 2025

Rodolfo Serrano

 Un viejo poema

Sobrevivir
A José María Sanz, Loquillo
He sobrevivido a cien mil enfermedades.
Escapé del naufragio del Titanic
en aquel mes de abril oscuro y frío.
Y en San Petersburgo,
con el Príncipe Yusúpov,
sobreviví al veneno y al disparo
que no pudo acabar con Rasputín.
Le gané en un saloon perdido de Arizona
al gran Doc Hollyday
su última partida.
Y en la Isla Elefante, ya el Endurance perdido,
fui, por fin, rescatado de la muerte,
tal como prometió al abandonarnos Shackleton,
después de tres intentos
y más de cinco meses de hielo y de ventisca.
Sobreviví a las campañas de Alejandro.
Y en el vacío profundo del espacio,
acompañé a Han Solo
y he logrado
salir de Arraquis burlando a sus gusanos.
Me embarqué con Ahab tras la ballena.
Con Jack London
busqué el oro y la aventura en el Klondique.
Llegué a Marte con Bradbury.
Con Cárter
encontré a Tutankamon en su tumba
sin que me alcanzaran letales maldiciones.
Al tranco, fui con Fierro por la Pampa,
entré por pulperías y ranchitos.
Vi al Petiso Orejudo en Ushuaia
y hui con Orellana hasta el Dorado
sabiendo guardar siempre la cordura.
Sobreviví en Madrid a alcaldes y automóviles,
y al vino peleón de sus tabernas.
Anduve por sus calles como un héroe
que regresa de Troya con Ulises.
Todo lo he soportado. Y lo he sufrido.
También me sobrepuse
al dolor, lamiendo mis heridas,
preparándome para una nueva lucha.
Y sin embargo,
ya ves, quiero ahora confesarlo:
Sobreviví a peligros innombrables.
Mas nunca he conseguido
sobrevivir, amor,
a una noche sin ti
ni a la cama vacía que dejaste.
Foto de Raul Cancio.